martes, 19 de enero de 2010

CINE DE AUTOR: LA PIANISTA

TÍTULO ORIGINAL La pianiste
AÑO: 2001
DURACIÓN;130 min.
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Michael Haneke
GUIÓN: Michael Haneke (Novela: Elfriede Jelinek)
MÚSICA: Martin Achenbach
FOTOGRAFÍA: Christian Berger
REPARTO: Isabelle Huppert, Benoît Magimel, Annie Girardot, Anna Sigalevitch, Susanne Lothar, Udo Samel
PRODUCTORA: Wega-Film / MK2 / Les Films Alain Sarde
GÉNERO Y CRÍTICA:2001 Cannes, Mejor actriz (Huppert) y Mejor actor (Magimel)Drama.


Ver el cine de Michael Haneke es hacer un viaje a los rincones más oscuros del ser humano, su obra se despoja de autocomplacencias y la mayoría de las veces duele verla, pero no cabe duda que no deja indiferente a cualquiera que se de la oportunidad de deleitarse de su particular visión del hombre.

Es por eso que la obra del director alemán se percibe fresca y no caduca, el ejemplo tangible es esta cinta, la cual he visto en dos ocasiones, y aunque hay un periodo bastante amplio entre cada revisión, puedo decir que no deja de sorprenderme lo buena que es, ya que revive sensaciones cuando uno la esta visionando (aunque estas sean en su mayoría desagradables), y es que son pocas las obras que logran trascender aun cuando la proyección se ha terminado.

La Pianista nos muestra sin tapujos la miserable vida de Erika Kohut (Isabelle Huppert) una maestra de piano que esta en sus cuarenta y tantos años, vive con su madre (Annie Girardot), esta última es controladora y posesiva, y por si fuera poco la trata como una adolescente.

Los que conocen a Erika (Huppert) la perciben como un ser inclemente y aunque es una excelente maestra sus alumnos le temen por lo dura que es en su disciplina. Entre las actividades extraescolares que tiene Erika, están las visitas a los cines pornos donde intenta experimentar alguna sensación que le cause placer, sin embargo esta tan castrada sexualmente, pero sobre todo emocionalmente que no logra sentir nada. Esto lo podemos constatar en una de las escenas más perturbadoras del filme, cuando la protagonista se corta el clítoris, una muestra más de la imposibilidad de sentirse plena. Cabe hacer mención que nada es gratuito en este titulo.

La relación que lleva con su madre es bastante enfermiza, ya que su progenitora jamás le ha brindado afecto y siempre la ha minimizado, por lo que Erika casi siempre busca la aprobación de esta, provocando enfrentamientos bastante frecuentes.

Sin embargo y de manera inesperada un joven, Walter Klemmer (Benoit Magimel) entra en la vida de Erika, causando en ella ciertas inquietudes, cosas que nunca había sentido, pero no se preocupen amigos lectores, esta no es una historia de amor (o ¿si?) por lo menos no es común y corriente. Para cuando el personaje de Klemmer a aparecido en la historia, el presente ya ha recibido varios baldes de agua fría por parte del director, el cual sin tapujos cuestiona la moral, la identidad sexualidad, el masoquismo, la igualdad de géneros, discute incluso la condición del propio arte mostrándolo como frívolo y banal.

De nuevo a Haneke le importa un carajo lo que podamos pensar, se percibe trasgresor y honesto en su discurso. Y solo vamos a la mitad del relato, pero el director nos tiene preparado lo mejor para el acto final.

El filme es perturbador tanto como desolador, es un puñetazo en la cara, es un descenso a los infiernos internos del ser humano, aquí no hay clichés, no hay pedanterías, esto es cine y punto señores.

Mención aparte merecen los actores, los cuales entregan unas interpretaciones geniales, Isabelle Hupert tiene la difícil tarea de dotar de tridimensionalidad a su personaje, conforme se desarrolla la cinta el personaje de Erika se va transformado, nunca es igual, la actriz logra transmitir los estados emocionales que vive su personaje.

Su contraparte masculina (Klemmer) no se queda atrás, ambos personajes están tan bien interpretados que aterrorizan, ya que no vemos estereotipos, vemos a personas pasando por un proceso psicológico bastante duro.

El guión no tiene fisuras, demostrando que es la columna vertebral del film, (como debería de ser en cualquier obra cinematográfica), su ritmo es pausado pero engancha desde su inicio y si a eso añadimos la buena dirección de Haneke, el resultado es una excelente cinta, incomoda por momentos, no cabe duda.

La Pianista es una cinta que debe verse, tal vez no sea fácil pero ¿a quien le gustan las cosas peladitas y en la boca?, su revisión es obligada como la obra de su creador para aquel guste de buen cine. Para finalizar debo confesar que espero con ansias ver el nuevo trabajo de este señor, llamado La Cinta Blanca (2009).

También puedes ver:

Funny Games, 2007 (Funny Games U.S.)
Caché, 2005 (Observador Oculto)

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