miércoles, 28 de agosto de 2013

JACK REACHER de Christopher McQuarrie

Título original: Jack Reacher
Año: 2012
Duración: 130 min.
País: Estados Unidos
Director: Christopher McQuarrie
Guión: Christopher McQuarrie, Josh Olson (Novela: Lee Child)
Música: Joe Kraemer
Fotografía: Caleb Deschanel
Reparto: Tom Cruise, Rosamund Pike, Richard Jenkins, Robert Duvall, Werner Herzog, David Oyelowo, Jai Courtney, Nicole Forester, Alexia Fast
Productora: Paramount Pictures / Skydance Productions / Mutual Film Company
Género: Acción.



El espectador asiste como un sujeto prepara meticulosamente un compendio de balas caseras en el sótano de una casa, instantes después una toma aérea nos muestra un estadio de futbol contiguo a un puente de la ciudad de Pittsburgh; acto seguido una camioneta blanca ingresa a un estacionamiento y se sitúa en lo más alto de este, pues en ese sitio el sujeto que baja del vehículo tiene un amplio panorama visual para seleccionar a sus víctimas, y es que momentos después descubrimos que este sujeto es un francotirador que sin razón aparente más que la locura que yace dentro de sí, lo motivan a hacer varios tiros al azar asesinando a cinco personas que caminaban por las inmediaciones del lugar mencionado. Después y casi en modo de flashfoward, una secuencia bien resuelta a nivel narrativo y visual nos muestra como el detective Emerson (David Oyelowo) registra el área donde se cometió el artero crimen, mientras un séquito de fuerzas militares también registra el lugar donde yacen los cuerpos inertes de las víctimas; instantes después el detective Emerson irrumpe en la casa del sospechoso y este es arrestado, al parecer el caso ha salido bien y Barr (Joseph Sikora) el posible culpable de dichos crímenes es aprehendido.

Sin embargo la trama se complica cuando Emerson y el fiscal de distrito, Rodin (Richard Jenkins) intentan hacer que Barr firme su confesión para que el proceso sea rápido (pues todas las pruebas lo inculpan), pero el susodicho solo escribe en la hoja el nombre “Jack Reacher”. De ahí que tanto Rodin como Emerson se preguntan quién diablos es Jack Reacher (Tom Cruise), e investigando descubren que es un ex militar que fungía como investigador resolviendo casos difíciles dentro del ejército, empero por problemas de conducta fue dado de baja aunque su eficacia era bastante buena, después de eso desapareció y no se sabe nada de él, sin registros de identidad ni domicilio conocido Reacher es un fantasma. Pero bueno como dictan las reglas del thriller, Reacher (Cruise) aparece de la nada cuando se entera de la detención de Barr y pide al fiscal echarle un vistazo a las pruebas que incriminan a este, pues según el criterio de Reacher todo parece bastante fácil e ilógico por parte del inculpado en cuanto a dejar pistas (pues este también estuvo con nuestro protagonista en el ejército, pues era un francotirador en Irak y al cual).

Y es en ese momento donde la trama comenzará a complicarse cuando Reacher (Cruise) inicie varias pesquisas para desenmarañar las verdaderas motivaciones del asesino, apoyado por Helen (Rosamund Pike) la defensora de Barr e hija del fiscal, sin embargo dichas investigaciones pondrán en peligro las vidas de ambos (la de Jack y Helen) pues los asesinatos no son lo que parecen, por lo cual saldrá a la luz un ominoso y misterioso personaje llamado The Zec (Werner Herzog en plan malévolo divirtiéndose de lo lindo) quien resulta ser quien mueve los hilos de esta trama. Y por supuesto no contaré más pues echaría a perder las sorpresas que depara el guión que aunque tramposo, resulta bastante efectivo para que el espectador quede bien enganchado en una historia que no tiene desperdicio.

Prueba de esto sin lugar a dudas es que los ciento treinta minutos que dura la cinta no se perciben pesados y las vueltas de tuercas empleadas por Christopher McQuarrie entran en el momento justo para volver a refrescar la historia. Incluso es de agradecer la infinidad de capas narrativas con las que cuenta el guión pues lo que en un principio parecería un tratamiento de guión sobre los daños colaterales causado por el 9/11 y la guerra contra el terrorismo, comienza a transformarse conforme va avanzando la trama, en un relato un tanto más mezquino sobre la ambición humana y los oscuros recovecos que tiene el universo capitalista. De ahí que lo más interesante sobre los personajes sea su planteamiento psicológico, pues estos se mueven en un diseño donde los matices son en una amplia gama de grises, los buenos no son tan buenos, y los malos parecen tener motivaciones legítimas para hacer lo que hacen.

Es por esto que el personaje de Jack Reacher deambula en los terrenos del antihéroe clásico como aquellos que encarnaban Clint Eastwood y su ya insuperable Harry Callahan (moralmente ambiguo hasta el tuétano), aspecto que por supuesto le brinda esa integridad e interés al personaje, empero también es inevitable vislumbrar cierto anacronismo en el mismo (jajaja lo sé, es una paradoja) pues los códigos éticos de los cuales está provisto dicho personaje también se sienten desfasados para esta época. Y es que Reacher es casi menos que un paladín de la justicia que aparece para poner en paz a quien lo merece. Por supuesto esto podría resultar bastante absurdo si el tratamiento del guión no se tomara las cosas en serio, y por supuesto al buen quehacer del director quien logra mantener funcionando el relato hasta su conclusión.

Y es que McQuarrie deja que sus personajes brillen (al igual que la historia) y resuelve visualmente la cinta de manera muy formal, con la inserción de planos americanos, una fotografía con cromas fríos que acentúan la lúgubres del relato y por supuesto se agradece que las secuencias de acción se vislumbren creíbles y con buen ritmo en su diseño (la secuencia de la persecución en automóvil es prueba de esto), así mismo la banda sonora que compone Joe Kraemer se percibe puntual en ciertos pasajes y enriquece al filme como conjunto. Ahora bien en lo referente a los performances decir que Tom Cruise lo vuelve hacer bien y se mete en la piel del teniente Reacher, dotando a su personaje del balance perfecto entre frialdad y carisma socarrón, lo cual compensa de algún modo la débil presencia física de Cruise (aceptémoslo aunque el intérprete de Misión Imposible este en buena forma no impone a nivel físico y se necesitaba un sujeto más entrado en años), incluso imagino a un Steve McQueen encarnando el personaje con esa mala leche que tanto lo caracterizaba.

Pero volviendo a Cruise (y dejando sueños húmedos, jajaja), su interpretación es tan solvente que si le compro su encarnación de ex militar convertido a detective privado, en cuanto a Herzog solo puedo decir que este no tiene mayor dificultad en encarnar a un sujeto sin escrúpulos y los pocos diálogos que recita son suficientes para darle tridimensionalidad a su personaje, al tiempo que le da más legitimidad a este proyecto de Cruise. En el mismo tenor encontramos a Robert Duvall, quien solo aparece en el último tercio del film dando vida a un personaje bastante interesante gracias a la mala leche que destila el mismo; por otra parte Jai Courtney está más acertado aquí como el implacable asesino que funge como segunda mano del villano en turno, que como el hijo de John McClane en Un Buen Día para Morir (John Moore, 2013), y por último Richard Jenkins, David Oyelowo y Rosamund Pike entregan buenas actuaciones para cerrar el círculo interpretativo.
 
Así que ¿qué más puedo decir sobre esta cinta? Pues que al menos para un servidor resulto ser un film entretenido, por encima de la media en cuanto a cintas del mismo género, recordándome un poco a títulos como la saga de Jack Ryan que interpretara Harrison Ford a mediados de los años noventa, en donde el punto nodal era la trama y las actuaciones por encima de la acción, por lo cual no es una pérdida de tiempo y se deja ver. Esperemos que haya una secuela, pues recuerden que si obran mal Jack Reacher volverá desde las sombras para ajustar cuentas con aquellos que lo merezcan.

jueves, 15 de agosto de 2013

OBLIVION: EL TIEMPO PERDIDO de Joseph Kosinski

Título original: Oblivion
Año: 2013
Duración: 126 min.
País: Estados Unidos
Director: Joseph kosinski
Guión: Joseph Kosinski
Música: Anthony Gonzalez, M.8.3, Joseph Trapanese
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto: Tom Cruise, Andrea Riseborough, Olga Kurylenko, Morgan Freeman, Nikolaj Coster-Waldau, Zoe Bell, Melissa Leo, Lindsay Clift, Jaylen Moore, Julie Hardin, Paul Gunawan, Jay Oliver, Jason Stanly
Productora: Universal Pictures / Chernin Enterntainment
Género: Ciencia Ficción.

Desde aquella fallida Tron, El Legado (2010) algo quedo muy claro para un servidor, primeramente que seguir tratando de revivir conceptos que solo funcionaron en el momento específico en el que fueron gestados jamás podrán deambular en el presente mientras no se entienda que estos filmes, como Tron (Steven Lisberger, 1982), son productos de su época, los cuales se perciben como un micro universo comprimido y todo su significado intelectual o emocional quedaran encapsulados para siempre para percibirse como lo que son, manifestaciones propias de una época pasada. Y como segundo punto que el director Joseph Kosinski tiene un magistral manejo para las atmosferas y cuestiones visuales cuando de crear universos propios se refiere, de ahí que lo mejor de aquella cinta era sin lugar a dudas el apartado visual que gesto el director norteamericano y por supuesto la música del grupo francés Daft Punk, aspectos que por supuesto no fueron suficientes para que la cinta se percibiese como un producto legítimo a nivel cinematográfico, pero si todo un producto mercantil que redituaría millones de dólares por lo cual se aproxima otra secuela para el año 2014 de la mano de Kosinski por supuesto.
 
Pues bien y como sea, Tron, El Legado sirvió para que al realizador le dieran luz verde y por fin llevara a cabo su siguiente proyecto, este más personal que su ópera prima, pues supone el traslado a la pantalla grande de lo que sería una novela gráfica creada por el propio Kosinski en la cual se encuentran todos los ingredientes del género de ciencia ficción, futuro distópico, un secreto oculto para la supervivencia de la raza humana e infinidad de disertaciones sobre la condición humana a través de un relato fantástico; claro que esto se encuentra en obras redondas de autores como Stanley Kubrick, Ridley Scott e incluso Andrew Stanton, los cuales supieron trasladar en sus relatos aquellas interrogantes sobre la condición humana que tanto fascinan al mismo; todo esto apoyado en aspectos visuales que sirvieron de telón para contar dichas historias.
 
Pues bien Joseph Kosinski parece querer seguir la tradición de los mencionados directores y se aventura en una historia con tintes épicos, a la vez que minimalista tanto en fondo como en forma, logrando por momentos una cinta interesante, entretenida (aspecto que se agradece), pero a su vez bastante ambiciosa para lo que se tenía que contar, motivo por lo cual al final la historia podría resultar un tanto simplona y la resolución un también un poco decepcionante si tomamos en cuenta que el espectador debe ser bastante condescendiente para aceptar el mismo.
 
La historia nos plantea lo siguiente, en un futuro no muy lejano el planeta tierra sufrió una gran devastación a nivel ecológico, una raza extraterrestre conocida como los carroñeros invadieron el planeta para apoderarse de los recursos naturales, por lo cual la humanidad lanzo una ofensiva para destruir a estos utilizando armas nucleares. Por supuesto la guerra se ganó pero el planeta se perdió, se volvió inhabitable por la radiación provocada. De ahí que los humanos sobrevivientes emigraran a una luna artificial, sin embargo necesitan al agua del planeta tierra para seguir sobreviviendo, por lo cual extraen grandes cantidades del vital recurso a través de grandes máquinas para llevarlas al nuevo habitad, es por este motivo que han enviado al técnico Jack Harper (Tom Cruise) uno de los dos humanos que habitan el planeta para que se encargue de brindar mantenimiento a las unidades de vigilancia, pues todas las noches los carroñeros (la especie que lucho con la humanidad por los recursos del planeta) que subsistieron a la guerra nuclear atacan los puertos para robar los recursos.
 
Jack es apoyado por Victoria (Andrea Riseborough) la cual coordina los movimientos del primero desde una base de operaciones, y es quien se encuentra en contacto directo con Sally (Melissa Leo) la mujer encargada de coordinar las operaciones de Jack y Victoria desde la luna. Pues bien todo parece normal hasta que Jack comienza a tener sueños bastante recurrentes en los cuales aparece una mujer llamada Julia (Olga Kurylenko) con la cual parece tener una conexión emocional, al tiempo que imágenes que parecen ser recuerdos también se presentan en su inconsciente, por lo cual nuestro protagonista comienza a inquietarse ya que él nunca ha estado en la tierra (es lo que le han dicho), empero lo que de verdad lo confronta con la veracidad de su misión y su propia existencia en la tierra es cuando conoce a un misterioso personaje llamado Beech (Morgan Freeman) quien le mostrara que no todo es lo que parece.
 
De entrada debo decir que uno de los aspectos más sólidos del film es sin lugar a dudas el manejo narrativo que aplica Kosinski para ir metiendo al espectador a un relato, y es que durante los cincuenta primeros minutos al parecer no pasa nada, sin embargo estos se pasan volando cuando presenciamos como Jack (Cruise) realiza sus labores de vigilancia y reparación en los desolados y derruidos parajes de lo que antes fue una civilización. De ahí que la primera mitad del filme expone de manera bastante efectiva y un tanto velada, las motivaciones del protagónico y por supuesto su psicología, la cual va in crescendo conforme avanza el relato y por supuesto gracias también a la interacción que mantiene este con el personaje de apoyo que interpreta Andrea Riseborough.
 
Por lo cual el mcguffin se va desvelando a cuenta a gotas pero sin resultar cansino (el espectador desea saber ¿quiénes son? y ¿por qué siguen atacando los carroñeros?); incluso debo mencionar que esto funciona gracias a que el director mantiene la narración fluida a través del balanceo de escenas de acción bien logradas (sin exagerar en su montaje) y a la inserción de pasajes más introspectivos, los cuales soporta bastante bien Cruise gracias a una actuación sobria y contenida (olviden la sonrisa marca de la casa aquí no se haya). Ahora bien pasando la hora de metraje y cuando se han descubierto parcialmente la vuelta de tuerca, la cinta comienza a irse un poco en picada, esto porque algunas de las tesis planteadas al inicio de la cinta se sienten un tanto forzadas (la existencia de clones aunque justificada no termina de convencer del todo, y la mente maestra detrás de todo el show ¿no les recuerda en demasía a Hal 9000?).
 
Como sea Kosinski aguanta bien la cuestión narrativa hasta la conclusión y salva su cinta del desastre, sin embargo es inevitable hacer notar que cuando entra en escena el personaje de Olga Kurylenko la cosa se torna un poco más soso, tal vez si este (el personaje de Kurylenko) solo se hubiese mantenido más como un ente ambiguo la resolución podría haber tenido un resultado más satisfactorio (algo más como la cinta Solaris, con la cual por momentos Kosinski también coquetea). Por supuesto lo que termina de lastrar un poco el filme, tal vez sea ese final tan simplón y bastante new wave (no tengo nada en contra de esto pero enfatizo, el tercer acto es bastante monótono y pone un poco por tierra lo planteado en el arranque de la cinta). Eso si las lecturas que cada espectador le dé a la cinta son totalmente válidas, pues están ahondan en aspectos netamente humanos, incluso me atrevería a decir que las disertaciones planteadas por los realizadores se perciben honestas por que se despojan de grandilocuencia.
 
Ahora bien en donde la cinta no tiene desperdicio es sin lugar a dudas en lo referente a la puesta en escena, al diseño de arte y demás aspectos visuales que convierten a Oblivion en un filme hermoso, y es que es impecable la composición de planos que emplea Kosinski para contar esta épica de la humanidad, así como un diseño de producción minimalista apoyado en una fotografía con tonos fríos y limpios, lo cual por supuesto refuerza la sensación de desolación que experimente el personaje de Cruise. Mención aparte merece la banda sonora compuesta por la triada González, M.8.3 y Trapanese pues esta aparece de manera muy puntual en ciertos momentos de la cinta.
 
Y en lo concerniente a las actuaciones decir que todo el reparto comenzando por Tom Cruise está bastante bien, y es que el protagonista de Misión Imposible logra quitarse la etiqueta de "estrella" y se mimetiza en su personaje haciéndolo creíble. Por otra parte Andrea Riseborough también logra dotar de matices a un personaje que de entrada causa la repulsión del espectador, provocando que este mantenga un aire insidioso durante todo el metraje, de ahí que este sirva como cierto chivo expiatorio para confundir al espectador en lo referente a las motivaciones del mencionado personaje. Finalmente Morgan Freeman está correcto en un papel bastante secundario y resuelve con facilidad un personaje que interpretaría hasta con los ojos cerrados, y por ultimo Olga Kurylenko está bastante acertada en un papel algo remilgado, y es gracias a su carisma que este no se percibe odioso y provoca que el arco argumental que afecta a este y al personaje de Jack cierre de manera más o menos satisfactoria.
 
Así que por supuesto puedo recomendar el visionado de Oblivión como un sólido entretenimiento, pues en ella se encuentran aspectos que se demuestran que su autor tiene ambiciones más amplias que las de solo entretener a un público cada vez más exigente (aunque aquí no se haya logrado del todo).

viernes, 2 de agosto de 2013

LOS TRES ENTIERROS DE MELQUIADES ESTRADA de Tommy Lee Jones

Título original: The Three Burials of Melquíades Estrada
Año: 2005
Duración: 121 min.
País: Estados Unidos
Director: Tommy Lee Jones Guión: Guillermo Arriaga
Música: Marco Beltrani Fotografía: Chris Mengues
Reparto: Tommy Lee Jones, Barry Pepper, Julio César Cedillo, January Jones, Dwight Yoakam, Levon Helm, Melissa Leo, Vanessa Bauche, Cecilia Suárez, Ignacio Guadalupe, Guillermo Arriaga, Mel Rodríguez, Gustavo Sánchez Parra, Maya Zapata
Productora: Coproducción USA-Francia: distribuida por Sony Pictures Classics
Género: Drama.


Desde aquella entretenida cinta de acción (con tintes cutres por supuesto) protagonizada por Steven Seagal en el epítome de su carrera llamada Alerta Máxima (Andrew Davis, 1992), pasando por la efectiva y no menos entretenida El Fugitivo (también de Davis del mismo año), Tommy Lee Jones ha sabido dejar su huella como actor de reparto, aspecto que no parece incomodarle si tomamos en cuenta que este muchas de las veces logra robar el protagonismo con grandes actuaciones como sucediera en la ya mencionada El Fugitivo o en filmes como Asesinos por Naturaleza (Oliver Stone, 1994) donde su soez interpretación no desentonaba para nada con el incisivo material que llevaba Stone frente a pantalla. Incluso Lee Jones es ese factor positivo para que su servidor soporte el visionado de cintas como la trilogía de Hombres de Negro (1997-2012) anulando por completo al infumable Will Smith, sin embargo donde sí se encuentra bastante pasado de rosca es en la nefasta Batman Forever de Joel Schumacher (1995), donde incluso Jones logra ser castrante, pero bueno que podemos decir si dicho film es abominable por donde quiera que se le mire.

De ahí que el salto de Lee Jones como realizador tal vez no sea del todo extraño si tomamos en cuenta la vasta experiencia del histrión, sin embargo lo que sí es de sorprender (al menos para un servidor) y de manera muy positiva es descubrir que la ópera prima de Jones es una cinta bastante bien lograda, puesto que la labor de este detrás de cámaras imprime en la cinta un estilo bastante particular, logrando embellecer la atinada historia de Guillermo Arriaga (quien de nuevo usa la narración fragmentada para contar otra historia de redención), la cual como ya es costumbre nos presenta aspectos como el amor, la amistad, la violencia, el destino, etc. temas tan universales con los cuales el espectador podrá identificarse, incluso la mayor virtud de Los Tres Entierros de Melquiades Estrada es que este se presenta como un neo western, pues esto abre las posibilidades de centrarnos cien por ciento en sus personajes y sus phatos. De ahí que su servidor tenía desde hace un buen tiempo las ganas de escribir sobre esta cinta, pues considera que esta no debe pasar desapercibida, incluso a cada revisión esta sigue mostrando más esas virtudes que la hacen una cinta indispensable para aquel que goce de buen cine.

La historia es la siguiente, Pete Perkins (Tommy Lee Jones) es un vaquero que vive apaciblemente en el estado de Texas trabajando en un gran rancho donde se hace cargo del ganado de un importante empresario, Pete es algo hosco y recio, solo el amor de Rachel (Melissa Leo) una mesera de la cafetería que suele visitar con frecuencia saca su parte sensible, empero su amor es un afecto coartado ya que Rachel es la esposa del dueño del restaurant, por lo cual los encuentros carnales que sostienen de vez en vez en algún motel de la cuidad suponen para Pete esa conexión emocional con otro ser humano. Total que cierto día nuestro torvo protagónico conoce a Melquiades Estrada (Julio Cedillo) un indocumentado mexicano que cruza la frontera para encontrar un mejor futuro para su familia, al cual decide brindarle trabajo. Y es con el paso del tiempo es que nace una gran amistad entre Pete y Melquiades, ambos hombres comparten sus experiencias culturales, sus anhelos y sus sueños rotos, de ahí que un gran lazo emocional logra unirlos.
 
Desgraciadamente cierto día cuando Melquiades se encontraba en su casa (la cual colindaba con la frontera con México) tratando de ahuyentar a algunos animales de rapiña del desierto con su rifle para cuidar de su pequeño ganado, un oficial de la patrulla fronteriza norteamericana al escuchar los disparos abre fuego en dirección del hogar de Melquiades, y accidentalmente lo mata. Es por este motivo que el oficial Mike Norton (Barry Pepper) recién llegado a la ciudad, trata de ocultar el accidente haciendo parecer el evento como una acción de defensa personal y el caso es cerrado. Sin embargo el suceso no lo deja tranquilo y el oficial Norton comienza a desquiciarse, tornado su vida personal en un infierno, aspectos que se acentúan más cuando Pete comience a indagar las verdaderas causas de la muerte de su amigo. De ahí que cuando Pete descubra la verdad no descansara hasta cumplir la promesa que hizo a su amigo y lo llevara de vuelta a México para darle santa sepultura, aun y cuando esto signifique cruzar la frontera al país con un cadáver y de manera ilegal.
 
Como el respetable podrá leer la premisa se antoja interesante, pero lo realmente estimulante es descubrir la manera en que Tommy Lee Jones descifra el por momentos enmarañado guion por el que Arriaga vuelve a apostar en la implementación de un estilo narrativo fragmentado, el cual de verdad a un servidor no le desagrada y mucho menos lo encuentra cansino si se haya sustancia en el mismo. Cosa que aquí sucede, y es que ese aire lacónico con el cual Jones imprime su cinta, que va desde su sobria interpretación, pasando por la no menos efectiva fotografía de Chris Mengues (Negocios Entrañables, 2002) y la entrañable música del ecléctico Marco Beltrami (la cual de verdad se vuelve un personaje más en ciertos pasajes del filme) logran un film con personalidad propia, de ahí  y como comentaba en un inicio, el hecho que Jones haya situado a sus personajes en un entorno hostil como es la naturaleza del western, y aunque ahora no encontremos pistoleros que desean hacer de la anarquía su modus vivendi, ni hallemos doncellas en peligro, si convergen en esta íntima historia personajes quebrados emocionalmente ávidos
de redención; sujetos que figuran como esos símbolos universales que caracterizan al ser humano, como se ha demostrado en el género del western a través de los años.
 
No es casualidad que el viaje físico que realiza el trío protagónico conformado por Pete, Mike y el cuerpo putrefacto de Melquiades a través del desierto, se vuelva un verdadero recorrido existencial por parte de sus personajes a los rincones más lúgubres de sus propias existencias, donde los dos primeros han de purgar sus pecados más intrínsecos, donde descubrirán también la bondad que ahonda en sus interiores, y tal vez por qué no, donde encontraran su verdadero destino. Incluso hay momentos en los cuales el relato se torna bastante lírico, todo gracias a la honestidad con que la historia está siendo contada, por ejemplo escenas como cuando el recio de Tommy Lee Jones limpia el cuerpo inerte de su amigo mientras habla con él y llora su perdida, podría resultar bastante ridículo y descontextualizada, empero el guión esta tan bien armado que estos pasajes resultan emotivos, al tiempo que es innegable también encontrar un sórdido humor negro. 
 
Por otra parte y reafirmando lo dicho con anterioridad, la cinta funciona porque no hay maniqueísmos emocionales en la relación de amistad entre Pete y Melquiades, incluso el hecho de mostrar al personaje del patrullero fronterizo como un sujeto quebrado a nivel emocional (ver la escena sexual que sostiene con su esposa en la cocina de su remolque es prueba fehaciente de esto) ahonda en sus rasgos humanos, por lo cual con forme avanza la trama descubrimos que también es una víctima de su propio entorno, así que no encontraremos buenos ni malos, solo gente más jodida que otra. Así mismo el hecho que la historia este contada con el recurso del flashfoward, además de ser un estilo, también funciona como un artilugio bien empleado que logra mantener de manera solvente el mcguffin hasta la vuelta de tuerca final que develara la verdadera naturaleza del relato. 
 
Por supuesto las subtramas de los personajes periféricos que apoyan a los protagónicos cuentan con motivaciones, vida propia, por lo cual lejos de ser simples anécdotas en una historia, estos logran abonar a la misma (la chica de pueblo con aspiraciones más grandes que las de ser la reina de su baile de graduación, la mujer casada con emociones por descubrir, pero que la costumbre le impide tomar el verdadero amor, etc.), de ahí que la primera cinta como director de Tommy Lee Jones sea bastante redonda; y claro la dirección de actores por parte de este también es encomiable y logra sacar de su equipo actoral interpretaciones a la altura del relato. Así que si usted aún no ha visto Los tres Entierros de Melquiades Estrada no lo piense más y revísela pues le aseguro que no se arrepentirá.