domingo, 26 de mayo de 2013

UNA BALA EN LA CABEZA de Walter Hill

Título original: Bullet to the Head
Año: 2012
Duración: 91 min.
País: Estados Unidos
Director: Walter Hill
Guión: Alessandro Camon (Novelas gráficas: Alexis Nolent)
Música: Steve Mazzaro
Fotografía: Lloyd Ahern II
Reparto: Sylvester Stallone, Jason Momoa, Christian Slater, Sarah Shahi, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Sung Kang, Marcus Lyle Brown, Jon Seda, Brian Van Holt
Productora: Warner Bros. Pictures / Dark Castle Entertainment / IM Global / After Dark Films Género: Acción



Como su servidor lo había anticipado la sala número nueve de aquel complejo cinematográfico que suele visitar con frecuencia para ver algún título que le apetezca de vez en vez, jamás se llenó ante el estreno de la nueva cinta de acción del tándem conformado por el incansable Sylvester Stallone y el mítico artesano realizador Walter Hill (supongo que las nuevas audiencias ni siquiera saben quiénes son estos dos personajes), incluso seis asistentes incluyendo al que esto escribe fue el número total de los espectadores que asistimos a ver lo que representaría ese viaje nostálgico en el tiempo para recordar cómo se hacían las cintas de acción hace ya unas cuantas décadas atrás; y mientras infinidad de comerciales que trataban de venderme cosas que no necesitaba desfilaban frente a mis ojos en aquella pantalla de plata, su servidor pensaba en los amores imposibles y como la ansiada felicidad que tanto buscamos como individuos es un espejismo como bien señala el gran Woody Allen en mayoría  de su exquisita obra.

Total que los créditos iniciales comenzaron a recorrer lo que sería el inicio de la película y la cansada y recia voz en off de Stallone nos advertía que el espectáculo estaba por comenzar, cuando este se presenta como un matón a sueldo llamado Jimmy Bobo el cual nos narra que en este negocio las cosas por lo regular nunca salen del todo bien, y es que el ultimo encargo que este realizo tuvo como resultado la muerte de su socio a manos de otro matón llamado Keegan (Jason Momoa). Sin embargo las autoridades comienzan a investigar el caso pues el sujeto que elimino Jimmy (Stallone) era un ex policía corrupto, de ahí que autoridades de Washington envían al detective Taylor Kwon (Sung Kang) para que esclarezca el crimen puesto que el citado detective estaba involucrado en negocios turbios con la mafia de Nueva Orleans (lugar donde ocurre la historia).

El hecho es que las pistas del homicidio llevan al detective Kwon directamente a Bobby, quien para no terminar en la cárcel decide cooperar y trabajar junto al detective para desenmarañar la red de corrupción que los llevara directamente con Marcus Baptiste (Christian Slater) un corrupto político (¿los hay diferentes?) y su socio Robert Morel (Adewale Akinnuoye-Agbaje)  un ex dictador sudafricano que  se descubre como la mente detrás de los asesinatos que realizó Keegan (Momoa) para ganar licitaciones de construcción en barrios pobres con el objetivo de ganar millones de dólares. Y es así como este par se involucra en el caso trabajando juntos aunque se encuentren en lados opuestos de la ley, uno por venganza y otro por justicia.

Sinceramente creo que este regreso en solitario de Sylvester Stallone como héroe de acción si bien es solvente, también queda a deber un tanto si consideramos que detrás de cámaras se encuentra un tipo como Walter Hill, artífice de títulos tan macizos como 48 Horas (1982) e Infierno Rojo (1988) de los cuales solo quedan pequeños vestigios o guiños en esta Una Bala en la Cabeza (la escena de los baños de vapor y la interacción ente el dúo protagónico), y es que el problema de la cinta no es la fórmula de la pareja dispareja (incluso hay buena química entre Sly y Kang), ni el manejo de ritmo que implementa Hill, incluso se pueden pasar por alto los huecos e incongruencias argumentales que se hayan en toda la trama; empero donde falla estrepitosamente el filme es en la autocensura que los involucrados han supeditado al mismo.

Y es que la cinta no deja de percibirse demasiado políticamente correcta, y  aunque la historia nos provee de grandes dosis de mala leche, unos cuantos diálogos jocosos y una puesta en escena correcta (la pelea con hachas ente Stallone y Momoa es de lo mejor en mucho tiempo en este género), es la violencia tan estilizada lo que no termina de encajar en el discurso de la cinta (sin llegar a los niveles de Taken 2 de Oliver Megaton), pues esta supondría ser una oda de violencia descarnada a lo Cobra (Cosmatos, 1986) e incluso del estilo de El Ultimo Hombre (1996) también de Hill por cierto; donde la coacción funcionaba como parábola a cuestiones sociales y políticas que acontecían en determinado momento. Y eso era lo que validaba dichos productos muchas veces excesivos en su concepción ideológica, puesto que había una crítica al sistema, a la cultura, etc. todo a través de productos fílmicos donde  tipos forzudos como el propio Stallone, Schwarzenegger o Willis vertían dichas apologías.

De ahí que aunque a su servidor le entretuvo el film, fue inevitable sentir cierta sensación de desencanto al descubrir que ya no se pueden hacer películas como hace veinte o treinta años, donde el cinismo servía como vehículo ideológico y existía gran apertura para decir ciertas cosas espinosas sobre el mainstream. Sin embargo y siendo justos también debo aceptar que esta nueva obra de Hill está muy por encima de la  media en lo que respecta al cine de acción actual, pues este respeta los cánones del mismo, al tiempo que cuenta con un aspectos que en otros productos no manejan muy bien, la nostalgia por tiempos mejores. Como sea ver a Stallone en forma pateando traseros siempre será un gusto, y vaya que aquí no lo hace nada mal como matón a sueldo, su personaje incluso resulta una variación del Barney Ross de Los Indestructibles, un sujeto perdedor con pasado ominoso y con un código ético bastante ambiguo, pues justifica que la gente que mata por dinero es escoria.

Incluso la edad de nuestro protagonista funciona bastante bien como herramienta discursiva pues muestra a un Stallone más vulnerable físicamente (es autoconsciente de su situación como Schwarzenegger en El Último Desafio) aunque esto no le impide obsequiarnos una de las mejores peleas mano a mano contra Jason Momoa en el cierre del film. Así mismo los personajes de apoyo como por ejemplo el que interpreta Sung Kang como el detective Kwon de algún modo funge como un sidekick, y el personaje que hace Sahara Shahi como la hija del crepuscular antihéroe también tiene la función de dotar de profundidad al protagónico.

Por supuesto todos los personajes son bastante arquetípicos pero cumplen su cometido de hacer avanzar la historia y hacer brillar al de Stallone, motivo por lo cual los malos en turno como los que hacen Christian Slater y Adewale Akinnuoye-Agbaje son bastante planos y solo se quedan en un mero esbozo a nivel ideológico sobre el capitalismo y sus practicas poco éticas, por lo cual el que sale ganando más protagonismo como el malo en turno es el que hace Jason Momoa fungiendo como una especie de Ivan Drago, pues este se ve la cara con el protagónico solo hasta el final de la historia para un cierre magistral.

Así que, ¿qué más puedo decir sobre esta cinta?, pues que no está del todo mal, aunque esperaba un producto más duro y directo, sin embargo acepto que disfrute de alguna manera su visionado y solo la recomendaría para hijos de los ochentas como su servidor y para fanáticos de Stallone y su obra. Por cierto debo aceptar que durante noventa minutos olvide mis preocupaciones existenciales y eso ya es algo.