martes, 28 de febrero de 2012

CINE DE CULTO: DARK ANGEL

TÍTULO ORIGINAL: Dark Angel
AÑO: 1990
DURACIÓN: 91 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Craig R. Baxley
GUIÓN: Jonathan Tydor, Leonard Maas Jr.
MUSICA: Jan Hammer
FOTOGRAFÍA: Mark Irwin
REPARTO: Dolph Lundgren, Brian Benben, Betsy Brantley, Matthias Hues, Jay Bilas, Jim Haynie, David Ackroyd, Sherman Howard, SamAnderson, Mark Lowenthal, Michael J.Pollard, Jesse Vint, Alex Morris, Kevin Page, Tony Brubaker
PRODUCTORA: Vision Internacional
GÉNERO: Ciencia Ficción.


Quien diría que Dolph Lundgren se volvería un actor con cierto renombre en el mundillo del cine de acción después de participar en Rocky IV (Stallone, 1985) con su ya mítico personaje de Iván Drago (aunque el actor sueco ya había aparecido como extra al lado de Roger Moore en aquella vergonzosa cinta del 007 llamada En la Mira de los Asesinos), lo cual le generó de manera instantánea infinidad de proyectos como action man (aunque con ínfima calidad). Y esto obedece indudablemente al carisma del buen Dolph y  a su gran físico por supuesto (el cual ha de haber generado sueños húmedos en infinidad de mujeres y uno que otro caballero, jajaja), aspectos que le han dado cierto status a este héroe de serie b de principios de los 90´s; sobre todo cuando este tipo es el único que puede jactarse de haber protagonizado cintas que ya hubiese querido rodar el propio Van Damme y que por supuesto  se han vuelto de culto con el paso del tiempo, como por ejemplo se encuentra la naif Masters del Universo (Gary Goddard, 1987), la sucia y violenta The Punisher (Mark Goldblatt, 1989) y por supuesto  la tetosterónica y salvaje Escorpión Rojo (Joseph Zito, 1989), una triada que ha puesto al interprete de Soldado Universal en los anales del cine de acción.

Pero centrándonos en el argumento de Dark Angel (o Ángel de la Muerte), esta comienza mostrándonos como un sujeto, de esos trajeados que se dedican a administrar alguna empresa importante conduce cierta noche placenteramente su BMW por las tranquilas calles del centro de la ciudad de Houston, cuando de repente tiene un percance y se estrella en un terreno baldío (todo gracias a que intento cambiar el cd de su auto estéreo) sin sufrir más que un buen susto. Sin embargo lo que lo “mata” de verdad es cuando instantes después cae en ese mismo lugar una especie de meteorito que provoca una enorme explosión de la cual emerge un sujeto llamado Talec (Matthias Hues), un hombre de casi dos metros de alto, ataviado con ropajes negros y una larga cabellera blanca que solo le dice al anonadado sujeto “vengo en son de paz”. En otra parte de la ciudad conocemos al detective Jack Caine (Lundgren) quien se encuentra incubierto junto con su compañero en un operativo para atrapar a uno de los grandes traficantes de la ciudad, el empresario Sherman Howard (Victor Manning) (quien ordeno robar de la mismísima central de policías de la ciudad, toda la heroína confiscada) empero la misión sale mal cuando descubren al compañero de Caine es policía, por lo cual es asesinado.

Pero esto no es lo peor pues después de que el capo parte a alguna isla para evadir al rudo detective Caine (Lundgren), el extraterrestre llega al lugar donde se encuentra la droga y mata a todos los hombres de Howard para robar la ¿heroína? Lo que sigue después presenciar como el dichoso alienígena asesina gente aleatoriamente por varios puntos de la ciudad, a través de un procedimiento donde les inyecta la droga robada directamente en el corazón con una pistola, provocando que sus víctimas ante tal excitación segregan infinidad de endorfinas las cuales después extraerá de sus cerebros para posteriormente   almacenerlas en pequeños dispositivos, esto con la finalidad de venderlas como drogas (ya que en su planeta ésta es una sustancia prohibida muy solicitada por los adictos). Ahora el detective Caine (Lundgren) junto a su nuevo compañero el agente especial del FBI Larry Smith (Brian Benben) intentarán descubrir quien es el asesino que esta detrás de las horribles muertes que se estan suscitando por toda la ciudad, claro sin saber que se enfrentan a una fuerza maligna del espacio exterior, al tiempo que tendrán que lidiar también con la banda del capo local, todo esto antes de que la ciudad sufra una baja considerable de población por los homicidios (jajajaja) o mueran en el intento.

Tal vez el respetable al leer el argumento del film que firma Craig R. Baxley (quien dirigiera Action Jackson en 1988 con Carl Weathers, otro de los actores de la saga Rocky) pueda pensar que es una tomadura de pelo, un churro de proporciones inimaginables, sin embargo y sin temor a equivocarme debo decirles que no, el film funciona adecuadamente aun y con algunas inconsistencias narrativas y argumentales; todo gracias a un desarrollo de personajes solvente (con todo y sus rasgos arquetípicos), un correcto manejo de suspense y diálogos corrosivos como jocosos que harán que el respetable se parta de risa, como por ejemplo cuando Caine (Lundgren) descubre al autor intelectual de los crímenes y le dice a su compañero “no son una pandilla de mexicanos, son extraterrestres” jajaja. Y es que Dark Angel mama sus mejores bazas de cintas como Terminator (Cameron, 1984), Depredador (McTiernan, 1987) o alguna buddy movie de Walter Hill  (claro sin llegar a la crudeza visual y discursiva de estas) lo que da como resultado una obra entretenida con toques de violencia mesurada y por supuesto dotada de un humor bastante negro que recae en un socarrón Dolph Lundgren, el cual gracias a su gran carisma es capaz de sostener toda la cinta sobre sus hombros, al tiempo que crea gran química con Brian Benben (agente Smith).

Por otra parte hay que decir que el villano de esta función no esta nada mal y cumple su cometido gracias a unas motivaciones legítimas y un proceder despojado de códigos éticos que harían temblar al mismísimo John McClean, por lo cual dicho personaje se descubre como la verdadera antitesis de nuestro héroe, un ser casi indestructible que le hará ver su suerte a un Lundgren en plan Eastwood (faltaba menos), el cual con todo su sarcasmo, rudeza y algún dejo de pedantería (jajaja) verá en su rival ínter espacial una verdadera amenaza. Por lo cual aquí encontramos otra de las virtudes del film, el protagonista esta dibujado de tal manera que se percibe honesto y humano por lo que el enfrentamiento entre Caine y Talec (Matthias Hues) se antoja disparejo y casi imposible en cuestión de fuerza bruta, sin embargo este aspecto se resuelve con técnicas bastante creativas por parte del protagonista en su tramo final y unos cuantas patadas del histrión sueco que mandaran directamente al infierno al traficante espacial (por cierto también podría encontrar similitudes con el film de Chuck Norris llamado Furia Silenciosa  dirigido por Michale Miller en 1982).

Los secundarios no dejan de ser simples clichés pero funcionan en la historia, por ejemplo encontramos a Betsy Brantley como la Dra. Diane Pallone quien funge como el interés amoroso de Caine, Jim Haynie como el genérico Capitan Malone y jefe del protagónico, y por último y tal vez el personaje más flojo sea el de Jay Bilas como el policía interespacial que le sigue la pista a Talec sin resultados positivos (ni siquiera tiene buena puntería a la hora de disparar y queda mal herido cuando se enfrenta al villano). Finalmente diré que visualmente el film no esta mal, este conserva esa estética de cinta de acción de principios de los noventas (composición de planos, iluminación, paleta cromática, etc.), así como el vestuario de los personajes extraterrestres que recuerdan por momentos a cintas como Highlander (Russell Mulcahy, 1986) o Blade Runner(Ridley Scott, 1982), y la implementación de algunos gadgets como ese ¿compac disc asesino? (jajaja) o pistolas laser a lo Star Wars, son propios de una época que solo pueden funcionar en cintas como esta sin percibirse ridículos.

Así que respetable lector recomiendo sin más revisar Dark Angel con la única consigna de que usted verá una verdadera obra de género, la cual podrá disfrutar sin complejos si se entrega con cierta complicidad para descubrir las virtudes de esta obra que si bien es imperfecta ha trascendido el paso del tiempo gracias a su honestidad y falta de pretensiones. Al tiempo también que podrá descubrir a un carismático Dolph Lundgren en el punto más álgido de su carrera cinematográfica.

 

jueves, 23 de febrero de 2012

MEDIANOCHE EN PARIS de Woody Allen

TÍTULO ORIGINAL: Midnight in Paris
AÑO: 2011
DURACIÓN: 96 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Woody Allen
GUIÓN: Woody Allen
FOTOGRAFÍA: Darius Khondji
MUSICA: Varios
REPARTO: Owen Wilson, Marion Cotillard, Rachel McAdams, Corey Stoll, Kurt Fuller, Mimi Kennedy, Michael Sheen, Kathy Bates, Léa Seydoux, Alison Pill, Tom Hiddleston, Adrien Brody, Vincent Menjou Cortes, Carla Bruni, Olivier Rabourdin, François Rostain, Yves Heck, Adrien de Van, Nina Arianda, Marcial Di Fonzo Bo, Gad Elmaleh
PRODUCTORA: Coproducción EEUU-España; Gravier Productions / Mediapro / Televisió de Catalunya (TV3) Versátil Cinema
GÉNERO: Drama. Comedia.


En ocasiones su servidor ha tenido sueños bastante jocosos y extraños donde dialoga cara a cara e incluso ha vertido sus más fervientes exaltaciones hacia directores como Roman Polanski, Clint Eastwood o Martin Scorsese (hasta recuerdo que en dicha fantasía el que esto escribe se encontraba ataviado con una playera de El Bebé de Rosemary), igualmente donde ha podido interactuar con los mismísimos Arnold Schwarzenegger y Silvester Stallone en alguna aventura de acción (jajajaja, lo se esto podría sonar  algo absurdo para alguien que cuenta con más de treinta años), inclusive se ha imaginado qué le preguntaría a Charles Bukowski si tuviera la oportunidad de encontrarse con el en algún bar de quinta (algo aun más difícil si tomamos en cuenta que el su servidor no es muy adepto al alcohol) o charlar amenamente con George Harrison para saber sobre aquellos viajes metafísicos que inspiraron algunas de sus más sobresalientes canciones.

Sin embargo estos razonamientos lejos de sonar simplemente como sueños guajiros de un pobre idealista (jajaja), también encarnan de muchas formas esa influencia sociocultural que tienen tales o cuales representantes o movimientos de la cultura en el respetable, es por esta razón que la última obra del maestro Woody Allen funciona tan bien pues lejos de descubrirse como un mero ejercicio revisionista o romántico de un viejo director, por  lo contrario resulta indiscutiblemente la materialización de un homenaje al arte puro el cual solo puede ejecutar de manera sincera otro verdadero artista como lo es el director norteamericano. La historia es la siguiente, Gil (Owen Wilson) e Inez (Rachel McAdams) son una pareja estadounidense que se encuentran en Paris ajustando los últimos detalles de su boda, claro todo esto en compañía de los frívolos suegros de él, estos son John (Kurt Fuller) y Helen (Mimi Kennedy) los cuales solo estan interesados en comprar chucherias junto a Inez en las más renombradas tiendas de moda o beber vino en algún restorán de “clase” (aunque estos muestren nula clase aun y con todo su dinero, ¡puf!)

Empero el incomprendido Gil (quien es un reconocido y frustrado guionista de Hollywood) ve en La Ciudad de la Luz más que des magasins de mode, por lo cual estas actividades que realiza su mujer lo hacen sentir de cierta forma como en coitus interruptus (jajaja) al ver que su pareja no lo comprende ni apoya en sus proyectos personales, sobre todo cuando Inez (McAdams) sabe que Gil (Wilson) se encuentra trabajando en su primer libro. Pero todo esto cambiará cuando nuestro carismático protagónico cierta noche y después de evitar otra de esas fiestas triviales a las que acude su prometida y el presuntuoso y no menos mamón Paul (Michael Sheen), decide regresar al hotel caminando por las calles de una ciudad que entre penumbras y luces pintorescas le deparan una de sus mayores sorpresas, cuando Gil sin explicación alguna haga un viaje cuántico al pasado en cuanto las campanadas del reloj marquen las doce de la noche (como si de una Cenicienta se tratase) solo para descubrir  que podrá conversar, regocijarse y por supuesto disertar frente a frente con algunas de las figuras más importantes e influyentes de la cultura universal de principios del siglo XX, como Cole Porter (Yves Heck), Ernest Hemingway (Corey Stoll), Scott Fitzgerald (Tom Hiddleston) o Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo) por mencionar solo a alguno de estos monstruos.

Por lo tanto y después de quedar fascinado ante este descubrimiento, Gil regresará cada noche a ese misterioso callejón en donde dando las doce en punto, un auto lo recoge para llevarlo de nuevo a ese fascinante universo donde el taciturno protagonista descubrirá en compañía de estos personajes el verdadero significado de la vida, al tiempo  que logra entablar una relación amoroso con Adriana (Marion Cotillard) una modelo con aspiraciones de  diseñadora y amante de Picasso. Como podrá darse cuenta el respetable, el guión que plantea Allen destila creatividad, sagacidad, pero sobre todo un gran amor a esas influencias y antojos literarios, pictóricos y musicales que tanto gustan y por supuesto han marcado la obra del director neoyorquino (no por nada el guión esta nominado al Oscar en esa categoría para la proxima ceremonia que se celebrará el 25 de febrero) por lo cual cuando se presenta ese punto de inflexión que supone el encuentro del personaje que interpreta maravillosamente Owe Wilson (como si se tratara de la encarnación del propio Allen) con aquellos maravilloso personajes, el develamiento se divisa fluido, emocionante, pero sobre todo honesto.

Por lo cual a partir de este punto el espectador solo puede disfrutar delicadamente esas referencias y guiños que Allen nos va presentando, por ejemplo aquel  estupendo gag que esta enfocado a Luis Buñuel (el cual por cierto también tiene una intervención en el film) en la que se hace referencia a su cinta El Ángel Exterminador (1962) es para partirse de risa por estar construido tan finamente, que solo el espectador más avispado entenderá la broma; empero su servidor encontró en los diálogos del personaje de Hemingway (que interpreta tan solventemente el actor Corey Stoll) tal vez la basa más hermosa y profunda en cuanto al discurso sociológico y semántico que plantea el realizador, por lo cual al que esto escribe se le erizó la piel con la presencia de tan distinguido protagonista. Asi mismo y como es costumbre en la mayoría de la obra de Allen encontraremos a un protagónico lleno de conflictos emocionales (románticos, filosóficos, existenciales, etc) que lo angustian y hacen cuestionar su existencia en el plano terrenal, por lo cual dicho planteamiento argumental se descubre muchas veces corrosivo, en ocasiones pesimista, pero al final esperanzador, por lo cual aquí se pone más de manifiesto que Allen asi como Bergman es el director por excelencia en cuanto a escudriñar y diseccionar con maestría aspectos sociológicos.

Ahora bien en lo referente el apartado visual el film sobresale gracias a una exquisita y atmosférica fotografía que en ocasiones recuerda a los cuadros de Rembrant (sobre todo en las locaciones nocturnas gracias al juego entre luz y sombras), la cual corre a cargo del experimentado director de fotografía Darius Khondji, quien tiene como trabajos más sobresalientes Seven (1995) o  Delicatessen (1991), por lo cual este logra sacarle bastante jugo a las locaciones de la famosa Paris, convirtiéndola a su vez en un personaje más de la historia.

Por otra parte el casting, la personificación y porsupuesto la dirección de actores son sensacionales, desde un comprometido Owen Wilson que logra dotar de humanidad a su personaje (el cual insisto, es la representación del propio Allen, pues incluso ha sabido reproducir sus tics y movimientos corporales), hasta el pequeño papel que realiza Adrien Brody como Salvador Dalí no tienen desperdicio, por cierto por ahí también aparece una sensacional Katy Bates encarnando a Gertrude Stein, demostrando que cuando se es un monstruo de la actuación solo bastan cinco minutos para demostrarlo, asi mismo encontramos a Man Ray (Tom Cordier), Luis Buñuel (Adrien de Van), Henry Matisse (Yves-Antoine Spoto) y Tolouse Lautrec (Vincent Menjou Cortes) los cuales harán que cualquier amante del arte tenga un orgasmo al presenciar a tan distinguidos exponentes en un solo plano existencial (solo falto el buen Vincent Van Gogh, aunque creo que Allen le ha mostrado su admiración con el poster de la cinta que hace clara alusión a La Noche Estrellada de 1889).

Ya para finalizar diré que si usted es amante del buen cine tiene como compromiso moral visionar Medianoche en Paris, ya que si no lo hace se estaría perdiendo la oportunidad de descubrir una verdadera obra de este siglo, pues el film que Allen nos presenta es evocativo, reflexivo, pero sobre todo lleno de honestidad, por lo cual además hace que el respetable voltee a redescubrir (o a descubrir, sobre todo para las nuevas generaciones) dichos personajes, los cuales han marcado e influenciado a la historia cultural de principios del siglo XX y son verdaderos referentes de la historia universal................. ¡Larga vida al buen Woody Allen!
 

 

jueves, 16 de febrero de 2012

NIDO DE RATAS de Elia Kazan

TÍTULO ORIGINAL: On The Waterfront
AÑO: 1954
DURACIÓN: 108 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Elia Kazan
GUIÓN: Budd Schulberg (Artículo: Malcolm Johnson)
FOTOGRAFÍA: Boris Kaufman (B&W)
MUSICA: Leonard Bernstein
REPARTO: Marlon Brando, Eva Marie Saint, Karl Malden, Lee J. Cobb, Rod Steiger, Pat Henning, Leif Erickson, James Westerfield, John Heldabrand, Rudy Bond, Martin Balsam, John Hamilton
PRODUCTORA: Columbia Pictures. Productor: Sam Spiegel
GÉNERO: Drama.

¡Pude haber sido alguien!, En lugar de un pordiosero, que es lo que soy. Aceptémoslo.
-Terry (Marlon Brando) confrontando a  su hermano Charley (Rod Steiger)

Es bien sabido por la comunidad cinéfila que Elia Kazan es uno de los grandes referentes del cine norteamericano de principios de los cincuentas y finales de los sesentas todo gracias a que el director de origen griego era un experto en la puesta en escena (todo a su experiencia como director de teatro a inicios de su carrera) al tiempo que exploraba de manera cruda y sin concesiones aspectos tan humanos como las relaciones de pareja reflejadas en Un Tranvía Llamado Deseo (1951), el doloroso proceso de crecimiento en Al Este del Corazón, (1955) y por supuesto disecciona con maestría las formas en como el hombre se corrompe a varios niveles morales como queda constatado en ¡Viva Zapata! (1952) y por supuesto en esta Nido de Ratas, filme en el que Brando colaboraría por tercera y última vez al lado del realizador.

La historia inicia a partir de que cierta noche un tipo llamado Terry Malloy (Marlon Brando), un ex boxeador fracasado que pertenece al corrupto sindicato de cargadores de los muelles de Nueva York, el cual es comandado por el conocido capo Johnny “Simpático” (Lee J. Cobb), se encarga de emboscar a su mejor amigo Doyle quien es asesinado por los hombres de Johnny cuando este se entera que el joven abrió la boca ante algunas autoridades tratando de revelar ciertos manejos turbios por parte de dicha asociación sindical. Sin embargo Terry (Brando) lejos de sentirse satisfecho por su fechoría percibe dentro de si gran decepción, sobre todo cuando hace acto de aparición en la escena del crimen un hermosa joven llamada Edie (Eva Marie Saint), la hermana de Doyle quien envuelta en cólera exige a las autoridades, pero sobre todo a los trabajadores del muelle que ya no se callen más y revelen las transgresiones de Johnny; pero como es de esperarse nadie abre la boca por temor a acabar como Doyle por lo cual ni la presencia del padre Barry (Karl Malden) logran subsanar un poco el dolor e impotencia que siente Edie, todo esto mientras Terry observa con cobardía desde su trinchera junto a los hombres Johnny.

Empero Terry (Brando) no logra explicarse por que no consigue sentirse mejor con todo y que  goza de ciertos privilegios al ser uno de los hombres distinguidos de Johnny (Cobb), sobre todo cuando diariamente es escogido para trabajar en los muelles en tareas que prácticamente no le exigen esfuerzo alguno para recibir una paga, mientras decenas de hombres se quedan diariamente sin laborar aun y cuando tengan que rogar por una oportunidad para ser escogidos. Pero cuando el padre Barry (Malden) junto a Edie (Saint) comiencen a organizar a los obreros para que se revelen ante tanta impunidad, el mal trecho Terry comenzará a cuestionar sus acciones por lo cual en determinado momento se unirá a la causa de estos, en consecuencia también cuando inicia una relación sentimental con la frágil Edie y busca vengar la muerte de su hermano Charley “The Gent” (Rod Steiger) se niega a asesinar a Terry por ordenes de Johnny.

Como el respetable podrá leer tal vez el argumento que plantea Budd Schulberg parezca algo tópico si tomamos en cuenta que ante tantos años de cine hemos podido presenciar infinidad de cintas con premisas similares como F.I.S.T (Norman Jewison, 1978),  Hoffa (Danny DeVito, 1992) e incluso North Country (Niki Caro, 2005) donde se explora y diseccionan de formas diversas (unas más logradas que otras por supuesto) el origen, las causas y lo más importante, como se desarrollan a varios niveles los actos de corrupción a los que estan expuestos aquellos órganos no gubernamentales que fueron creados con el objeto de defender a la clase obrera de los abusos para encontrar igualdad social, pero mas sin embargo y como sucede en la mayoría de los casos, estos quedan relegados al servicio de los líderes sindicales que ven a dichas organizaciones como negocios personales para amasar incalculables riquezas aun a costa de dañar miles de familias sin remordimiento alguno, si no basta con revisar alguno de los sindicatos más dañinos en la historia del México contemporáneo como es el de los maestros (SNTE), el cual se encuentra liderado desde el año 1989 por la líder vitalicia, la maestra Elba Esther Gordillo, personaje político bastante ominoso que tiene la capacidad de voltear la balanza para favorecer o arruinar a tal o cual partido según su conveniencia política o económica.

Pero volviendo al tema meramente cinematográfico debo decir que el film de Kazan funciona perfectamente ya que lejos de retratar una historia manida o dramatizada en cuanto a situaciones (recordemos que el film surge gracias a una serie de artículos que publicó Malcolm Johnson, un reportero del New York Sun el cual descubrió las corruptelas sindicales a partir de la muerte de un trabajador) este opta por dotar de motivaciones y pathos a sus personajes haciendo creíble el relato y por ende sus ramificaciones morales y/o sociales. De ahí que la evolución que sufre el personaje que interpreta Brando se perciba bastante verosímil, al tiempo que funciona como eje para que la historia avance; pues incluso aunque por momentos este se percibe algo antagónico, es por sus actos que se desencadena todo lo que sobreviene en la historia como si se desmoronará un castillo de naipes.

Por tal motivo la historia de redención que a primera vista se puede vislumbrar queda como aspecto secundario ya que si analizamos bien el film éste trata de ahondar en aspectos más complejos y sombríos como lo son la desesperanza que el ser humano divisa sobre su propia condición, ya sea por factores sociales, políticos o culturales; pero que paradójicamente también profundiza en un discurso doloroso que va enfocado al  contexto del white trash, el cual se percibe duro y  sin concesiones pues este refleja de muchas formas el momento tan sombrío y lleno de zozobra que vivía la nación norteamericana en torno al macarthismo (el cual sufrió en carne propio el propio Kazan años después). Es por esto que todos los personajes se encuentran desprovistos de herramientas que les ayuden a salir de ese entorno tan pesimista y asfixiante que se ven representados en aquellos oscuros callejones y fríos muelles de la bahía neoyorkina, por lo cual de manera inteligente el realizador norteamericano vuelve a valerse de una puesta en escena soberbia que aprovecha los entornos geográficos y las atmosferas opresivas (dotadas de una portentosa fotografía) para enfatizar en la psicología de sus personajes.

Ahora bien nada de esto funcionaría tan bien sin no fuera por las excelentes actuaciones de un reparto que no tiene ningún desperdicio, encabezado por un joven y recién descubierto Marlon Brando (que pusiera sobre si los reflectores con su actuación en Un Tranvía Llamado Deseo) el cual aquí entrega un soberbio performance que se descubre rico en matices, dominando su difícil personaje a través de infinidad de gestos, miradas y por supuesto una interpretación bastante natural que hace de su Terry Malloy un ser humano de carne y hueso, lleno de defectos pero ávido de encontrar una puta luz en el camino que le brinde un poco de redención; para muestra se encuentra la ya mítica  escena que representa el punto nodal del film, en donde Brando sostiene una conversación en el interior de un auto con el actor Rod Steiger (quien interpreta a su hermano) donde este le reclama que por su culpa es un perdedor sin ambiciones. Cabe hacer mención que dicha escena esta llena de emotividad y nihilismo.

Por otra parte Karl Malden como el padre Barry (quien ya habia trabajado con Elia Kazan y Brando en El Tranvía), se vuelve una pieza fundamental para que la historia vaya tomando cierto rumbo pues este se mueve como un símbolo de esperanza, al tiempo que el actor brinda una actuación  bastante portentosa. Asi mismo Lee J. Cobb compone a uno de los villanos más emblemáticos del cine (no solamente del universo gansteril), pues dota a su Johnny “Simpático” de todas esos vicios que aquejan al ser humano y que desgraciadamente siguen patentes aun en la actualidad, y por último Eva Marie Saint sale airosa con su papel de mujer frágil pero a su vez contestataria. 

Ahora bien y como había comentado anteriormente, la labor de Elia Kazan detrás de cámaras es asombrosa pues dota a su film de un ritmo tan sagaz que el respetable solo puede dejarse llevar ante la maestría narrativa que el realizador imprime a este relato que solo va increscendo a cada paso hasta concluir en ese pesimista clímax final. Por supuesto el apartado visual es estupendo, las atmósferas, la composición de planos, la fotografía e incluso la banda sonora, por lo cual el film en su totalidad es una obra exquisita. Ya para finalizar debo decir que Nido de Ratas es una de las mejores cintas que Kazan haya realizado y por supuesto de Marlon Brando como interprete (no por nada ambos ganaron ese años el Oscar como mejor director y actor respectivamente), por lo cual usted distinguido lector no debe perderse pues a casi sesenta años de su estreno el film se sigue percibiendo fresco, al tiempo que su servidor encontró algunas similitudes con la obra de Scorsese por lo cual no dudo que el realizador griego fungiera como una influencia en el director ítaloamericano.

Como apunte curioso y para cerrar diré que dos de los protagonistas de Nido de Ratas tienen que ver directamente con el Superman cinematográfico, Marlon Brando y Eva Marie Saint actores que en los años de 1978 y 2006 (respectivamente)interpretan a los padres del último hijo de Kriptón.

lunes, 6 de febrero de 2012

CIENCIA FICCIÓN: GIGANTES DE ACERO

TÍTULO ORIGINAL: Real Steel
AÑO: 2011
DURACIÓN: 126 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Shawn Levy
GUIÓN: Leslie Bohem, John Gatins, Dan Gilroy, Jeremy Leven (Historia corta: Richard Matheson)
MUSICA: Danny Elfman
FOTOGRAFÍA: Mauro Fiore
REPARTO: Hugh Jackman, Dakota Goyo, Evangeline Lilly, Anthony Mackie, Kevin Durand, Hope Davis, James Rebhorn, Marco Ruggeri, Karl Yune, Olga Fonda, John Gatins
PRODUCTORA: DreamWorks SKG / ImageMovers / Angry Films
GÉNERO: Ciencia Ficción.


Es muy recurrente que la industria cinematográfica vierta sus exaltaciones discursivas e ideológicas a través de filmes donde el deporte funciona como metáfora para resaltar ciertas virtudes o hazañas humanas, ejemplos encontramos muchos, ahí se haya aquella divertida The Mighty Ducks (Stephen Herek, 1992) donde Emilio Estévez interpretaba a un júnior que después de ser sentenciado a prestar servicio social gracias a un comportamiento destructivo, es el encargado de capitanear un equipo de jockey formado por un grupo de chicos marginados los cuales gracias a valor y coraje logran ser campeones de una pequeña liga. Por supuesto el film de la Disney cuenta con los ingredientes perfectos que balancean por dosis iguales  drama, romance y heroicidad por lo cual la cinta se descubre como una afortunada historia de redención y se descubre como uno de los títulos menos costrosos de la factoría del ratón Miguelito, provocando que el titulo protagonizado por Estévez gozara de gran aceptación y por ende la obligada secuela menos afortunada.

El fútbol soccer también ha tenido sus contrapartes fílmicas con aquella Victory de John Huston (1981), cinta ambientada en la segunda guerra mundial donde un grupo de soldados  de la resistencia nazi que se encuentran confinados en un campo de guerra se juegan la vida en un partido contra el equipo teutón. Cabe hacer mención que tanto el argumento como el casting es para jalarse los pelos (jajaja) pues aquí podemos ver a un Sylvester Stallone en pleno ascenso al estrellato junto a un Michael Caine que se come al interprete de Rambo con una actuación casi en automático, y la cereza en el pastel es poder ver actuar junto a este par al astro futbolista brasileño, Pele.  Ya por último y para no extenderme demás pues los ejemplos son innumerables, citare el film de John G. Avidsen de 1976 llamado Rocky, cinta que se ha vuelto ya un referente en la cultura popular que ha perdurado con los años en el inconsciente colectivo de millones de cinéfilos de todo el mundo, y con el cual se pueden encontrar inmensidad de similitudes al titulo que protagoniza Hugh Jackman, ya que sin lugar a dudas el boxeo sirve en demasía como vehículo para representar aspectos netamente existenciales y se acomoda a la perfección para contar historias de exoneración.

Pero comencemos, Gigantes de Acero nos cuenta la historia de un futuro no muy lejano en donde los deportes han evolucionado de tal manera que ahora estos son realizados por enormes robots (por lo menos su servidor a si lo infiere pues solo se muestra este aspecto en el boxeo), todo en afán de saciar las exigencias de un espectador que busca más y más adrenalina por lo cual ahora las peleas pugilísticas las realizan esos gigantes de acero hasta que alguno de los contrincantes quede despedazado. Es así como conocemos a Charlie Kenton (Hugh Jackman) un ex boxeador fracasado que se dedica a viajar a través de la nación norteamericana para enfrentar a su mal trecho robot por unos cuantos miles de dólares, sin embargo la mayoría de las veces las cosas no salen del todo bien pues la ambición económica de nuestro amigo y sus malas decisiones lo llevan a terminar con su androide deshecho al tiempo que siempre se ve sumergido en peleas y perdidas económicas.

Pero cierto día cuando regresa a casa para tratar de arreglar lo que queda de su último robot (que fue despedazado cuando lo enfrentó contra un toro en un rodeo) con la ayuda de su novia Bailey (Evangeline Lilly), recibe la noticia de su ex esposa ha muerto y la patria potestad de su hijo Max (Dakota Goyo) es solicitada por su cuñada Debra (Hope Davis) la cual esta casada con un prominente hombre (James Rebhorn) quien decide encargarse de su sobrino. Por supuesto a Charlie (Jackman) le interesa un cojón lo que suceda con su vástago y decide entregarlo a su cuñada por una considerable cantidad de dinero para poder adquirir otro robot y regresar al negocio, por lo cual se arregla con el esposo de esta, pero solo existe una condición y esta es que Charlie cuide de Max (Goyo) por un mes mientras sus nuevos progenitores se encuentran de vacaciones.

Como el respetable podrá inferir el tiempo que pasaran juntos padre e hijo servirá para conocerse y encontrarse a si mismos, todo esto enmarcado a través de un viaje que los protagónicos realizan a través de varios estados cuando acompañan en cada lucha al pequeño Atom (el cual descubre en un deshuesadero de robots el propio Max) un robot de primera generación que no cuenta con el suficiente “poder” para vencer a adversarios más fuertes que el, pero que a comparación de estos esta dotado de algo más que no tienen los otros, corazón; aspecto que lo hará ganar  cada enfrentamiento que afronta por lo cual comenzará a ganar cierta reputación en los pequeños circuitos de boxeo, hasta que gracias a esto el disfuncional trío tenga en sus manos la oportunidad de competir por el campeonato de boxeo profesional en contra del gran Zeus (jajaja ¿padre de Apollo?), el más poderoso e invencible armatoste creado por una de las más avanzadas empresas tecnológicas de la epoca.

Si bien la premisa es algo sencilla  y muchas veces vista (con todo y que la escribieron cuatro sujetos) son las motivaciones y diseño de personajes donde el filme del muchas veces autocomplaciente director Shawn Levy (Una Noche en el Museo 1 y 2) logra funcionar, y es que es de agradecer que los guionistas no quieran tomarle el pelo al respetable con situaciones maniqueas o lacrimógenas, algo muy recurrente en filmes de esta índole, por ejemplo su servidor recuerda aquella ochentena y cutre cinta llamada Halcón (Menahem Golan, 1986) donde Stallone interpretaba a un camionero que viaja de estado en estado compitiendo en un torneo de vencidas al lado de su hijo (al cual también se le murió la madre) para obtener un preciado premio, donde a final de cuentas el discurso sobre lo verdaderamente importante se viene a bajo gracias a un tratamiento de guión  pueril y manido, y por supuesto a una de las peores interpretaciones de Sly, provocando que dicha cinta sea de lo peorcito de su filmografía.

En cambio en la cinta que protagoniza el siempre carismático Hugh Jackman podemos descubrir a personajes que si bien no dejan de ser algo arquetípicos por lo menos se encuentran dotados de pathos, por ejemplo Charlie Kenton es un sujeto lleno de grandes defectos y carencias emocionales lo que hace que dicho personaje se perciba como un verdadero hijo de puta, el cual basa su moral en ganancias económicas, pero que sin lugar a dudas debajo de aquella careta de tipo rudo e inexpresivo se encuentra un hombre con anhelos y sueños rotos los cuales quedan al descubierto cuando su hijo Max se los refleja a través de su propia experiencia, o como hubiera dicho el buen Jor-El (Marlon Brando) “el padre se convierte en el hijo y el hijo se vuelve el padre”.

De ahí que la relación entre estos (padre e hijo) y su obvia evolución se perciba natural con todo y que esta no se desarrolla de forma sencilla pues los personajes chocan y tiene desencuentros gracias a sus experiencias, y aunque al final encontremos una resolución positivista, hay que señalar que este aspecto no los despoja de su identidad. Y esto nos lleva a resaltar otro aspecto positivo y este es la química que logran entre si Jackman y el joven Dakota Goyo, pues el primero logra componer otra de esas actuaciones que tanto se le acomodan (las de sujetos con cierto dejo de valemadrismo pero humano) al tiempo que demuestra que su espectro actoral esta más allá de encarnar a Wolverine.

Por otra parte Dakota Goyo como Max Kenton logra entregar una digna interpretación como el hijo autosuficiente y resentido, el cual hay que resaltar por lo menos no resulta fastidioso como sucede en otras cintas donde hay niños. Y por último Evangeline Lilly funciona correctamente como el interese amoroso de Charlie (Jackman). Ahora bien en el apartado técnico y visual debo decir que me resulto acertado el planteamiento de la época ya que el futuro que se esboza resulta bastante próximo y por ende realista, gracias también a una implementación de tecnología futurista en demasía sutil; y por supuesto el diseño de los robots es otro aspecto que igualmente ayuda mucho ya que estos logran destilar gran personalidad aun y cuando son seres inanimados controlados por computadora que no necesitan hablar para transmitir tal o cual emoción.

Pero sin lugar a dudas debo resaltar que Levy logra balancear por partes iguales drama y acción, y es este segundo aspecto el que lleva al film a otro nivel, sobre todo cuando se nos presentan esas excitantes peleas entre robots las cuales se encuentran impregnadas de emoción y audacia, sobre todo ese enfrentamiento final que significa el punto álgido del film que se da entre Rocky y Apollo, ¡perdón, perdón! Entre Atom y Zeus (jajaja), pelea que goza de una de las coreografías boxísticas más realistas y emocionantes que su servidor haya visto desde Rocky Balboa (Stallone, 2006). Por supuesto que las comparaciones que uno pudiera hacer entre Gigantes de Acero y la cinta de Avildsen pueden resultar enfadosas pero inevitables pues estas se parecen en fondo pero diferentes en forma, empero hay que acotar que el film de Shawn Levy sale bien librado por tener identidad propia y descubrirse como una propuesta honesta. Sin embargo su servidor solo encontró en la banda sonora de Danny Elfman tal vez el punto más flojo de todo el proyecto, pues esta resulta demasiado genérica. 

Así que ya para finalizar diré que recomiendo Gigantes de Acero como una sólida cinta de entretenimiento familiar la cual aunque parezca una sencilla historia de redención guarda entre líneas aspectos humanos en demasia lúgubres y complejos que hacen del film una obra madura, la cual revela como principales virtudes un guión cuidado y un carismático protagónico. ¡Ah! también recomendada para los que estén cansados de ver a Stallone interpretando al buen Rock por enésima vez, jajaja.