domingo, 18 de marzo de 2012

MUERO POR TI de Woody Allen

TÍTULO ORIGINAL: Anything Else
AÑO: 2003
DURACIÓN: 96 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Woody Allen
GUIÓN: Woody Allen
FOTOGRAFÍA: Darius Khondji
MUSICA: Varios
REPARTO: Jason Biggs, Christina Ricci, Woody Allen, Stockard Channing, Danny DeVito, Jimmy Fallon, KaDee Strickland
PRODUCTORA: Dreamworks Pictures / Gravier Productions
GÉNERO: Drama. Comedia.


¡Ah el amor! ese “sentimiento” tan universal que solo pueden darse el lujo de profesar los seres humanos, el cual logra convertirlos en “mejores” personas cuando sacian sus más íntimos deseos pasionales, sexuales e incluso religiosos, una virtud que se instaura en el individuo  como una especie de droga que los mantiene funcionales en entornos o situaciones adversas por lo cual el amor sin duda ha perneado en la sociedad contemporánea de occidente, incitando a generaciones a subsistir proveyéndolos de esperanza en una sociedad cada vez más industrializada por lo cual no es casualidad que gente como John Lennon, Alejandro Jodorowsky e incluso “El Peje” (jajaja) vieran en esta probidad el único medio de trascendencia de la raza humana (por supuesto obviando las puerilidades miopes de la cultura mercantilista de los últimas décadas).

Sin embargo y como también plantea el maestro Woody Allen, el amor es igualmente un ente destructivo cuando el sentimiento de pureza se torna en obsesión (como se explora en algunos momentos de su filmografía) acarreando sin lugar a dudas infinidad de desgracias o desventuras (en el mejor de los casos) a quienes tienen la desdicha de sufrir ese fenómeno llamado “desamor”, y es asi como llegamos a esta ácida y divertida comedia llamada Muero por Ti, en la cual Allen explora de forma eficaz y sarcásticamente los procesos culturales, sociales, morales  y por supuesto emocionales del individuo al quedar expuesto ante este tipo de relaciones interpersonales. La historia nos presenta a nuestro protagonista Jerry Falk (Jason Biggs), un joven escritor que diseña skectches para comediantes de la escena artística neoyorquina que ha comenzado a hacerse de cierta reputación en el mainstream gracias (supuestamente) al arduo trabajo de su representante Harvey Wexler (Danny DeVito) un vendedor de trajes con aspiraciones de agente (jajaja).

Pero no todo es miel sobre hojuelas para Jerry ya que éste pasa por un momento de crisis creativa y existencial gracias a que su novia Amanda (Christina Ricci) parece ya no estar demasiado interesada en su relación (la cual siempre estuvo llena de pasión sexual, jajaja) por lo cual nuestro protagónico encuentra en David Dobel (Woody Allen) un veterano y neurótico cómico del medio, el soporte emocional  para verter sus dudas y anhelos existenciales, empero con todo y esto el atormentado Jerry no logra sentirse mejor ya que tiene un gran problema, no es capaz de terminar sus relaciones aunque estas sean en demasía dañinas para el, por ejemplo lleva cinco años con su terapeuta (jajajaja) sin obtener cambios significativos, su relación con Harvey (DeVito) no lo deja avanzar a nivel profesional  por lo cual  no cancela su contrato con el para no hacerle daño y por si fuera poco su novia Amanda (quien lo ha engañado infinidad de veces) esta a punto de romper con él.

Pero esto  no es todo pues cuando nuestro protagónico piensa que la cosa no podía ir peor, la madre de Amanda (Ricci) llega al pequeño departamento de la joven pareja para causar más caos en la vida de estos. Como podrán leer estimados lectores el guión que plantea Allen sigue caminos conocidos por el realizador tanto en situaciones, guiños intelectuales (de nuevo encontramos citas a Cole Porter, Fitzgerald y Buñuel por ejemplo) y por supuesto al planteamiento psicológico de los personajes, aspectos que muchos neófitos califican como un fastidio por decir que el director Bananas hace siempre lo mismo en todas sus cintas (como si los timos argumentales que nos venden Spielberg o Michael Bay maquilados con costosísimos efectos especiales fueran toda una revelación), más sin embargo y aunque se encuentra una constante en la dialéctica de la obra del director neoyorquino ningún film es igual; por tal motivo la solvente interpretación de un veinteañero Jason Bigss en su fase de post American Pie refresca de alguna manera esta historia de amor y desencuentros, en la cual sin lugar a dudas los mejores momentos del film son en los que aparecen a cuadro Biggs y el propio Allen como mancuerna ya que estos se reservan los mejores chistes, como por ejemplo el incidente vial que sostiene esta par contra dos obesos bribones o el gag del policia muerto casi al cierre del film son destornillantes e incisivos por lo cual el respetable se parte de la risa.

Por supuesto volvemos a encontrar esos cuestionamientos tan recurrentes que el autor hace a temas tan turbios como la religión (los chistes sobre ateismo y judaísmo son para morirse de risa), la sexualidad o las encrucijadas que depara un medio tan perverso como lo es el artístico desde una perspectiva muy mordaz y divertida. Asi mismo y obviando las comparaciones en la filmografía del propio director, debo acotar que la galería de personajes tal vez sea la más disfuncional a nivel psicológico (jajaja) pues todos se encuentran quebrados emocionalmente motivo por lo cual tanto sus exaltaciones y pathos enriquecen estos y por ende hacen del film un compendio de situaciones hilarantes.

Y esto se logra gracias a la buena dirección de actores por parte de Allen pues sin esta los personajes no pasarían de ser simples rostros populares encarnando personajes clichés por lo cual es importante mencionar que todos los performance están geniales, comenzando por un comprometido Jason Biggs que además de destilar su carisma de  nerd judío (jajaja) logra meterse en la piel de un personaje tan sinuoso a nivel emocional como lo es su depresivo Jerry sin volverlo ridículo. En el mismo tono se encuentra la sublime interpretación de Christina Ricci como la maniaca y voluble novia (jajaja) que hace de la vida de Jerry una miseria pues la joven actriz de impúber rostro (el cual a su servidor ha causado siempre cierta perversión, jajaja) se explaya a niveles tales que logra causar en el respetable cierta antipatía por lo enfermizo y delicioso de su personaje, haciendo que este se torne inolvidable por las implicaciones personales de cada individuo,  motivo por lo cual debo decir que la joven pareja sostiene bien el peso de la trama apoyados en las solventes intervenciones de los veteranos DeVito y Stockard Channing (ambos representando otras vertientes de las manías del ser humano); y por supuesto las hilarantes apariciones del propio Allen como el neurótico David poner esa cereza en el pastel para redondear el film.

Ya   para finalizar mencionare que el estimado Woody vuelve a desarrollar su historia en su amada ciudad de Nueva York, ¿no podía encajar en un mejor lugar una fábula sobre comediantes trastornados, amores imposibles, fracasos profesionales y los constantes cuestionamientos sobre la vida misma? O tal vez como decía el sabio personaje de un taxista de aquella cosmopolita ciudad, a todas estas disertaciones y problemáticas la solución es tan simple "como todo lo demás" frase sabia que entenderán cuando vean este exquisito film; así que estimado seguidor de El Rincon de Harrison si usted aun no ha visto Muero Por Ti, no lo piense más y consígala para dejarse llevar por la singular, sarcástica y humana visión de uno de los directores más importantes de la cinematografía universal, el siempre indispensable Woody Allen.


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