AÑO: 1991
DURACIÓN: 95 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Aaron Norris
GUIÓN: Robert Geoffrion, Don Carmody, Galen Thompson
MÚSICA: Joel Derouin
FOTOGRAFÍA: João Fernandes
REPARTO: Chuck Norris, Michael Parks, Al Waxman, Alberta Watson, Salim Grant
PRODUCTORA: Coproducción EEUU-Canadá; Cannon Pictures / Twilight Motion Picture Seven Ltd. Partnership
GÉNERO: Acción.
Definitivamente este título de serie b casposo que estelariza el señor Chuck Norris es uno de mis favoritos como también lo es ese western contemporáneo llamado McQuade, El Lobo Solitario (Steve Carver, 1983) donde el artemarcialista se enfrenta cara a cara con otro de los maestros de Kun Fu, David Carradine (aunque la batalla final sea algo anti climática) recordemos que Norris ya se había enfrentado con Bruce Lee en aquella mítica cinta El Camino del Dragón (Bruce Lee, 1972); pero volviendo a The Hitman esta cinta me parece bastante entretenida gracias a que la historia que se traza se constriñe de manera adecuada a ese universo contenido que representa el policiaco con tintes de cine negro, aunque aquí se exploten de manera descarada todos los clichés del mismo, ya saben como es esto, un héroe con un pasado tormentoso, un villano que parece sacado de malolandia despojado de cualquier rasgo de humanidad que ve en el sadismo y las ganancias monetarias su única motivación, y por supuesto y lo más llamativo sin lugar a dudas es presenciar esa violencia extrema que utiliza el buen Chuck para aplicar la tan ansiada ley de la cual tanto presume el país de las barras y las estrellas (aunque nuestro protagonista se pase por los cojones infinidad de preceptos éticos y morales escritos en la mismísima constitución, jajajaja).
Pero bueno sin más preámbulos les contare, The Hitman comienza como todas las cintas de este tipo, con la implementación de una musiquilla cutre de algún grupo de rock genérico de fondo (como las usadas en las cintas de Valentín Trujillo, jajaja), mientras una secuencia aérea nocturna se encarga de mostrarnos los muelles de la ciudad de Seattle (todo enmarcado con una fotografía bastante oscura) para después conocer a los detectives Garret (su eminencia Chuck Norris) y Delaney (Michael Parks bastante sobreactuado) quienes están a punto de irrumpir en uno de los muelles para impedir que un cargamento de drogas llegue a la ciudad, por tal motivo el par se separa para investigar, empero instantes después al parecer surge otro sujeto en la escena y comienza a eliminar a los traficantes (su identidad es un misterio pues solo vemos su arma disparando). Minutos después Delaney se descubre como el misterioso sujeto que eliminaba a los traficantes y revelamos que este estaba coludido con los delincuentes cuando reclama el cargamento como suyo.
Instantes después y sin saber nada de esto aparece el detective Garret (Norris) cuando el líder de la banda forcejea con su compañero y este esta a punto de dispararle, por lo cual nuestro rudo protagonista lo rescata de la situación con una patada giratoria (faltaba menos), sin embargo después de esto Delaney abre fuego contra el maleante aniquilándolo ante la mirada atónita de Garret, el cual también recibe varios impactos de bala en su humanidad por lo que queda mal herido cuando cae por una de las ventanas del almacen donde se desarrolla la acción y su traicionero compañero lo da por muerto; no sin antes haberle comentado que siempre estuvo involucrado con la mafia. Lo que sigue después es presenciar como nuestro protagonista entra a una sala de un quirófano y es oficialmente declarado muerto, empero este solo queda en estado de coma durante seis meses (por supuesto ni dos balazos en el pecho pudieron eliminar al rudo de Chuck Norris, el único sujeto sobre la faz de la tierra que se ha podido comprobar que jamás miente, simplemente la realidad se adapta a el) y descubrimos que esto solo ha sido un artilugio por parte del capitán de la policía para crearle otra identidad al honorable agente quien ahora será conocido en el bajo mundo como Grogan un temible asesino a sueldo que trabajará con la mafia italiana, asociación criminal dirigida por Marco Luganni (Al Waxman) el cual tiene una rivalidad con la mafia francesa por controlar el territorio de drogas de la ciudad de Seattle.
Lo que seguirá después es presenciar como ahora Grogan (Norris) al parecer trabaja para los “malos” realizando métodos bastante dudosos a nivel moral y legal, lo cual resulta bastante paradójico pues cuando descubrimos que es un agente encubierto que busca acabar con las mafias, este sigue utilizando los mismos métodos, o ¿como llamarían a alguien que hace explotar a un tipo con bombas atadas a su humanidad para impartirle justicia? (Jajajaja) de verdad esta escena es casi surreal por ser tan amoral y solo podría compararla con la escena de Invasión a los Estados Unidos (Joseph Zito, 1985) donde Norris le hace lo mismo a Richard Lynch pero con un lanza misiles, caray el buen Chuck nunca se anda con rodeos (jajaja). Como podrá inferir el respetable, esta cinta es a todas luces un churro, pero un churro disfrutable para todo aquel que quiera pasar un buen rato viviendo aquella época de finales de los noventas, en donde sobre todo en el género de terror y pos supuesto el de acción empezaba a entrar en decadencia tanto en fondo como en forma pues la formula comenzaba a desgastarse y los héroes de acción parecían convertirse en personajes bastante anacrónicos para los cambios sociopolíticos que comenzaban a darse en Estados Unidos y en el mundo (La Guerra Fría había terminado y la caída del Muro de Berlín significaba cambios radicales para la sociedad contemporánea del planeta).
Por tal motivo el diseño de los personajes sigue siendo sumamente arquetípico por lo cual no encontraremos puntos medios, solo buenos y malos no más, aunque aquí se puede avistar cierta socarronería por parte del personaje de Norris (el cual incluso llega a esbozar cierta sonrisa en alguna escena, pero no se equivoquen, pues el tito Chuck no es humano, jajaja) quien interactúa con un adolescente afroamericano que vive en su edificio y del cual abusan por ser de color, por lo cual Grogan/Garret le ayuda a enfrentar sus temores enseñándole algunas técnicas de defensa personal para que el chico de la esquina ya no lo moleste más, hasta le da el típico sermón de que cuando el también era chico lo molestaban hasta que se enfrento con su rival y lo dejo en paz (jajaja), pero de nuevo si uno lo analiza este aspecto discursivo vuelve a presentar esa incongruencia ideológica del pueblo norteamericano de defender a los más débiles pues cuando uno ve al buen Chuck en pro de la igualdad racial, instantes después vemos como este se despacha a diestra y siniestra a los malos que no son más que italianos, franceses y hasta árabes (jajaja), todo hay que decirlo con una enorme y potente arma de fuego que haría incluso temblar al mismísimo Schwarzenegger.
Sin embargo dejando de lado estos aspectos y si uno se deja llevar, seguramente el film los entretendrá, pues el respetable podrá asistir a un verdadero espectáculo de acción lleno de testosterona, y violencia pura y dura, al tiempo que el héroe de acción es de esos hombres rudos, monosílabos que con solo un ceño de su mirada hacen que los malos se caguen de miedo y supliquen por sus vidas. Ahora bien en lo referente a las interpretaciones hay que decir que estas son malas (jajaja), pues como comentaba Michael Parks (quien es el villano en turno) se percibe bastante sobreactuado, sin embargo logra funcionar como un verdadero hijo de puta, de esos policías corruptos que abundan (¿acaso habrá de otros?) y no les importa cargarse a algún cristiano si se le ponen en el camino con tal de lograr sus motivaciones, hasta se podría decir que se encuentra a la altura del buen Chuck Norris (al cual oso dispararle por lo que pagará caro dicha ofensa) y se salva de ser un simple monigote al cual nuestro héroe mangonee.
Los actores que interpretan a los mafiosos como Al Waxman (Luganni), Marcel Saouborn como Andre Lacombe y Anthony Stamboulieh como el terrorista árabe, pues no dejan de entregar actuaciones bastante exageradas y genéricas motivo por lo cual estos parecen caricaturas, por ejemplo el amfioso italiano gusta de cocinar pasta, el francés gusta de los buenos vinos y el árabe pues es un simple matón a sueldo que aun y cuando lo sodomizan por el culo escupe frases como "Alá me protegerá" o "eres hombre muerto" (jajaja) osea que no dejan de ser meros clichés del genero. Y ya por último el buen Chuck Norris nos entrega por enésima vez (cosa que agradece su servidor) su impasible interpretación del estoico héroe incorruptible que tanta fama le dio, al cual el ahora sonrojante y caricaturesco Steven Seagal debería agradecerle los inicios de su carrera y su fama, si no que alguien me niegue que Nico (Andrew Davis, 1988) o Difícil de Matar (Bruce Malmmut, 1990) no maman del cine de nuestro barbudo héroe, incluso el segundo título que menciono de Seagal roba descaradamente algunos elementos de la trama de The Hitman, ya que aqui Seagal también interpreta a un detective que al ser traicionado por sus compañeros, queda en coma varios años y regresa para vengarse.
Ya para finalizar solo diré que The Hitman es una cinta cutre (como la mayoría de la filmografía de su protagonista) pero también es indudable que gracias a su despreocupado discurso, su excesivo uso de violencia, su falta de pretensiones y por supuesto a su protagónico, el film del director Aaron Norris (¡si! lo adivinaron el hermano mayor de Chuck) se descubre como un titulo entretenido el cual ya ha quedado en los anales de aquel cine de culto (ya sea por lo malo que éste sea, jajaja) para poder ser disfrutado por las nuevas generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario