AÑO: 1986
DURACIÓN: 93 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Anthony Perkins
GUIÓN: Charles Edward Pogue
MÚSICA: Stephen Bray, Carter Burwell
FOTOGRAFÍA: Bruce Surtees
REPARTO: Anthony Perkins, Diana Scarwid, Jeff Fahey, Roberta Maxwell, Hugh Gillin, Lee Garlington, Robert Alan Browne, Gary Bayer, Patience Cleveland, Juliette Cummins, Steve Guevara, Kay Heberle, Donovan Scott, Karen Hensel, Jack Murdock
PRODUCTORA: Universal PicturesGÉNERO: Terror.
Pues si distinguidos seguidores de este humilde blog, ahora toca el turno de revisar la tercera parte de la franquicia que creará Alfred Hitchcock (sin saberlo siquiera) allá por 1960 con su Psicosis, en esta entrega es ahora el mismísimo Anthony Perkins quien se pone detrás de cámaras para entregarnos un film que destila ese sabor a producción de serie b ochentera (con sus defectos y virtudes), por lo que los amantes de la saga y de los slashers podrán estar contentos, pues el señor Perkins realiza un trabajo bastante correcto para contarnos las andanzas de Norman Bates.
La cinta abre con el grito de una mujer que exclama la frase “Dios no existe” para que después el distinguido descubra que nos encontramos en el interior de una iglesia y la mujer que ha dicho semejante blasfemia (dirian algunos, jajajaja) es una monja llamada Maureen Coyle (Diana Scarwid) quien esta a punto de suicidarse (se encuentra al filo del campanario del mencionado templo), empero un grupo de religiosas se aproximan a esta para intentar detenerla. Desgraciadamente en el intento de frustración de la inmolación una de las religiosas es aventada por accident por la desquiciada mujer, por lo que la otra religiosa termina desparramada en el ultimo piso de la iglesia (jajaja), acto seguido la mujer huye del lugar sin rumbo fijo.
Horas más tarde cuando el crepúsculo anuncia la noche, Maureen camina al filo de una autopista y le hace la parada a un auto que va pasando, este se detiene metros mas adelante y en ese momento conocemos a Duke (Jeff Fahey) un sujeto que se ofrece a llevar a la mujer pues ahora a comenzado a llover a cantaros, sin embargo transcurridos unos minutos el auto se descompone y la pareja queda varada en medio de la autopista lo que provoca que el hombre quiera propasarse con la chica, pero esta al no acceder a los bajos institntos del sujeto es dejada a su suerte en la carretera bajo la intensa lluvia, mientras el hombre se aleja del sitio.
Al día siguiente ya en la pequeña comunidad donde se ubica el Motel Bates descubrimos a Norman (Perkins) practicando uno de sus tantos pasatiempos dentro de su casona, pues podemos ver como el sujeto se encuentra rellenando unas aves que acababa de envenenar, sin embargo es interrumpido cuando avista un viejo auto que se acerca a su motel motivo por el cual este sale a recibir a su nuevo inquilino el cual después descubrimos que es el tipo que dejo abandonada a su suerte a la chica.
El hecho es que Norman necesita un ayudante para que atienda su motel de día y decide contratar a Duke (Fahey) el cual por cierto necesita una lanita para llegar a Los Ángeles y convertirse en Rock Star (jajajaja). Por otra parte y para no hacer más largo el cuento, también la chica, Maureen, llega al pueblo y conoce a Norman cuando busca un lugar para hospedarse, pero para desgracia del propio Bates la mujer le recuerda en demasia a Marion Crane, motivo para que los instintos de volver a matar invadan de nueva cuenta los pensamientos del pobre Norman, quien solo puede ver como se desquebraja su cordura al tiempo que siente ese placer culpable que le provoca matar.
Tal vez el respetable al leer la premisa de esta tercera parte de las andanzas del buen Norman Bates, perciba que el asunto se ha alargado demasiado y ya no hay nada nuevo que contar, sin embargo y aunque hay algo de esto, el guión de Charles Edward Pogue opta por dar algunas vueltas de tuerca que aclaran algunos aspectos que quedaron pendientes en la entrega anterior, como es el caso de la identidad de la verdadera madre de Bates (aspecto que de desvelaba en el cierre de la segunda parte), motivo para que al igual que en anteriores cintas el aspecto de verdadera importancia sea la exploración psicológica del personaje principal el cual a cada instante lucha por no perecer ante la influencia de su madre, incluso aqui se le humaniza a tal punto que descubrimos un Norman a punto de enamorarse (aspecto que se explorara en la cuarta entrega de la saga), más sin embargo ese intento se frustrará cuando la madre de este vuelva a entrometerse y asesine a la chica, en una de las mejores secuencias del film donde Perkins realiza una especie de guiño al film original utilizando las mismas tomas y locaciones (cuando lo vean lo entenderán pues incluso el final hace alusión al film de Hitchcock)
Por otra parte también se puede encontrar un aspecto que hace que esta cinta no sea una pérdida de tiempo, y esto es la inserción de un humor bastante negro cosa que se agradece, por ejemplo ya desde el inicio las instituciones (como la Iglesia) no son retratadas de la mejor forma, la religiosa que le grita ¡hija de puta! a Maureen cuando esta niega la existencia de Dios o la propia muerte de la madre superiora son muestras claras de esto. Así mismo el diseño de los asesinatos se perciben más gráficos (la chica que muere degollada al estar orinando, jajaja) y están cargados de mala leche, lo que encamina a esta cinta a los terrenos del slasher puro.
Así mismo a un servidor le sorprendió de forma bastante grata que Anthony Perkins saliera airoso en la labor de director pues logra dotar de ritmo a la cinta, razón por la que la cinta fluye de forma más que correcta e incluso en el apartado visual el film tiene su propia personalidad, ya que cuenta con buenas atmosferas, buena composición en las tomas y algunos encuadres ingeniosos como los del inicio del film cuando descubrimos la casa de los Bates y una acertada fotografía.
Sin embargo es importante resaltar que uno de los aspectos más importantes en la cinta de Perkins es que esta respeta y conserva la mitología de la saga, razón para que se vayan cerrando algunos arcos argumentales que quedaban un tanto inconclusos en la entrega anterior, así mismo y por ende personajes como el del Sheriff Hunt (Hugh Gillin) estarán presentes para darle continuidad a la historia.
Por otra parte las actuaciones están correctas para este producto que raya en la serie b más ochentera, si no basta con ver el performance de un joven Jeff Fahey que interpreta a un guaperas malogrado (jajaja), sin embargo la actuación de Roberta Maxwell como la entrometida reportera, tal vez resulte el punto más flojo de la historia, pues por el diseño de este en cuanto a sus motivaciones (desenmascarar a Bates) se percibe un tanto forzado por lo que al menos a un servidor le ha parecido un tanto irritante. Por último, Perkins hace lo mismo que en las anteriores entregas y se convierte en Norma Bates de nueva cuenta, logrando que su personaje vuelva a transmitir esa oda de intranquilidad y desconfianza al respetable, pues siempre se percibe a un Bates dudoso en sus verdaderas exaltaciones.
Para finalizar solo puedo comentar que Psicosis III me gusto más que la segunda entrega (la otra es una especie de unión entre la primera y esta, así lo ve un servidor) pues como comentaba, se percibe a un Perkins comprometido y hasta respetuoso con el material que cuenta entre manos, además de que se atreve a ir más allá en algunos aspectos tanto visuales como argumentales (la especie de enamoramiento de Bates por Maureen resulta interesante en su desarrollo) los cuales están equilibrados con la justa dosis de mala leche y sangre. Por cierto debo hacer mención que volver a ver a Bates vestido como su madre a la hora de asesinar de verdad pone los pelos de punta.
Film recomendado solo para los amantes de la saga, los demás absténganse.
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