AÑO: 2009
DURACIÓN: 113 min.
PAÍS: México
DIRECTOR: Diego Muñoz
GUIÓN: Diego Muñoz
MÚSICA Pablo Valero
FOTOGRAFÍA Carlos Hidalgo
REPARTO Damián Alcázar, Miguel Rodarte, Roberto Sosa, Flor Payán, Dagoberto Gama, Gustavo Sánchez Parra, Octavio Castro, Alexander Dahm, Mariana Gajá, Andrés Montiel
PRODUCTORA: Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE)
GÉNERO: Drama.
Antes de comenzar con la reseña de este día quisiera contarles una historia, esta se remonta a principios de los años noventas, yo tendría como diez años y alucinaba leyendo La Muerte de Superman (Jurgens, 1990) y no comprendía por que el superhéroe más grande del universo podía perecer a manos de un monstruo llamado Doomsday. Por otra parte mis héroes televisivos eran Michael Knight y su increíble automóvil cargado de gadgets, humor negro e inteligencia artificial, Macgiver un agente especial muy particular que podía resolver conflictos internacionales con tan solo una navaja suiza multiusos (¡no me juzguen tan duro era un niño!) y demás personajes que exaltaban la heroicidad, por su puesto en el cine estos eran Stallone y Chuacheneguer.
Por obvias razones yo quería ser un espía ingles al servicio de su majestad o ya de perdido un policia capitalino como mi tío (jajaja) pues mi madurez intelectual preconcebida por las grandes corporaciones televisivas que dictan lo que esta bien y lo que esta mal con su falsa moral, me hacia creer que los polis eran sujetos honorables que combatían las injusticias cual paladín enmascarado, o acaso ¿quien no recuerda esa jocosa y vergonzosa cinta llamada El Patrullero 777 (Delgado, 1978) con Cantinflas? . Desgraciadamente con el tiempo mi tío me mostró la cruda realidad (agradezco esto pues ahora me gustan los relatos más ominosos como los del maestro Scorsese) y en una de sus tantas andanzas policíacas, descubría que éste y su "pareja" les quitaban los botines a cacos de quinta que iban desde televisores o video caseteras en forma de pago para dejarlos libres.
Por suerte para la ciudadanía y tal vez para el, una noche un operativo en el cual intervino mi tío salió mal y fue dado de baja, ¿Qué, que fue de el? pues sigue en las tranzas pero ahora sin uniforme. Con esto solo quiero contextualizar al respetable por qué su servidor encontró interesante la cinta en cuestion.
La cinta Bala Mordida es de esos infelices casos que muchas veces sufre el cine mexicano, la maldita falta de distribución comercial, todo por tratarse de un film incomodo para algunos sectores del aparato gubernamental mexicano como fue el caso también de la maravillosa cinta El Infierno (Luis Estrada, 2010) la cual pudo estrenarse en salas de cine en parte a la censura del gobierno, lo que causo morbo y espectación entre el público que pudo disfrutar de tan peculiar cinta.
La cinta Bala Mordida es de esos infelices casos que muchas veces sufre el cine mexicano, la maldita falta de distribución comercial, todo por tratarse de un film incomodo para algunos sectores del aparato gubernamental mexicano como fue el caso también de la maravillosa cinta El Infierno (Luis Estrada, 2010) la cual pudo estrenarse en salas de cine en parte a la censura del gobierno, lo que causo morbo y espectación entre el público que pudo disfrutar de tan peculiar cinta.
Sin embargo el film en cuestión no ha contado con la misma suerte, por lo que su servidor ha podido descubrir esta en el mercado negro (la piratería) ya que dicha cinta del debutante director Diego Muñoz ha quedado relegada solo a festivales y como comentaba, a ser distribuida de mano en mano en el mercado ilegal.
La historia nos narra las andanzas de un novato policía que conocemos simplemente por Hernández (Miguel Rodarte) quien trabaja en uno de los sectores más peligrosos y pobres de la Ciudad de México (o mejor dicho en una de las delegaciones que pertenecen al Estado de México), el cual como la mayoría de los agentes con los que labora no buscan salvaguardar el bien común de la población, si no al contrario estos se convierten en vehículos de corrupción para subsistir en su mismo entorno, ya que aquí como en otras producciones de corte internacional como Día de Entrenamiento (Fuqua, 2001), Los Infiltrados (Scorsese, 2006) o Tropa de Élite (Padilla, 2007) claro guardando la justa distancia con estas, la cinta de Diego Muñoz también busca explorar las motivaciones de los sujetos que trabajan en este tipo de organizaciones de seguridad.
Es asi que el presente podrá presenciar como un agente Hernández es solamente un eslabón en esta gran cadena de corrupción, la cual maneja desde su oficina un detestable y desvergonzado Comandante Alatorre (de nuevo un magistral Damián Alcázar), un tipo chaparro que usa siempre lentes oscuros aunque se encuentre dentro de su oficina (jajaja) y utiliza a un grupo de policías para realizar sus “trabajitos” los cuales consisten en arreglar ciertos negocios con el mini distribuidor de droga en el barrio.
Empero en uno de estos encargos las cosas salen mal cuando el agente Hernández (Rodarte) se quiere aprovechar de la situación y se “clava una lanita” que iba a servir para pagar el pedido de cocaína que encargo Alatorre (Alcázar), por lo que el policía trata de acompletar el capital ofreciendo su arma de cargo, sin embargo esto no le interesa al caco y comienza a discutir con el agente de la ley para que le pague lo que acordo con su superior o se olvide del trato, por lo que estos comienzan a discutir y Hernández golpea al sujeto provocando un zafarrancho, total que los vecinos del lúgubre lugar se les dejan ir a Hernández y su compañero, lo que desemboca en una balacera donde el primero resulta herido por un fulano que lo apuñala con todo y que este contaba con un chaleco antibalas.
Por este motivo el compañero de Hernández pide refuerzos sin saber que esto solo provocará más problemas cuando salga a la luz pública el clandestino opreativo, ya que el par de policías no tendría que haber estado en ese lugar. Esto a su vez incita que el Comandante Alatorre se meta en líos con los medios de comunicación cuando sale a la luz que uno de sus agentes fue herido por la mala calidad de los chalecos antibalas, sin embargo lo que molesta de sobremanera a Alatorre es que este perdió su dinero y la coca, motivo por el cual Hernández ahora se verá obligado a trabajar para el Comandante en sus turbios negocios con el fin de resarcir su error, a la vez de que se hunde más y más en un sistema que lejos de velar por el bien de la comunidad solo sirve para que los individuos que trabajan en este se sirvan.
Y a partir de este momento la cinta de Diego Muñoz se dedica a mostrarnos como proceden estos individuos con sus clásicos métodos de extorsión, los cuales van desde utilizar recursos públicos como las patrullas para alcoholizarse en estas en pleno turno, falsificar registros, o como es bien sabido pedir mordida por parte de los superiores a sus subordinados para que les dejen utilizar las patrullas para poder trabajar, incluso las balas de las armas de cargo también son cobradas.
Más sin embargo lo que rescata en ciertos aspectos el trabajo del debutante director mexicano, es que este indaga en los aspectos psicológicos y emocionales de sus personajes principales (el de Hernández y Alatorre), pues por ejemplo del primero podemos descubrir que ser policia para el no significa una cuestión de convicción o principios, incluso conforme avanza la trama descubrimos que este compro su plaza como agente del orden en cinco mil pesos solo para contar con chamba, además de que se nos muestra su entorno social (vive en unos de los barrios más pobres de la urbe), su formación profesional sería el equivalente a estudios de primaria, por lo que las aspiraciones personales quedan solo en cuestiones monetarias, razón para que el espectador perciba al agente Hernández en primera instancia como una víctima más en esta gran corporación del crimen.
Sin embargo al final el personaje de Hernández será el reflejo fiel de lo que representa el nefasto Comandante Alatorre, quien subsiste como una sanguijuela exprimiendo a sus empleados con el único fin de contar con más poder y ganancias económicas, por tal motivo el relato siempre se percibe bastante ominoso, a tal punto que asquea al espectador lo que presencia frente a pantalla, pues la cinta no contiene esa catarsis humorística con las que cuentan las cintas de Estrada por ejemplo, aquí la cosa se toma muy en serio por lo que visionar la cinta de Muñoz es un viaje a lo más bajo de la condición humana, claro sin llegar a los niveles narrativos de las cintas que protagonizaba Valentín Trujillo, en donde el drama se exageraba y la violencia visual rozaba los cánones de cualquier producto de exploitation.
Es por este motivo que la cinta no será de la satisfacción de todos, pues podría percibirse como bastante exagerada y negativa en la presentación de situaciones (al menos la escena de la violación sexual del comandante Alatorre al agente Hernández me pareció un tanto chocante y gratuita ya que el tratamiento del personaje que interpreta Alcázar ya nos mostraba las motivaciones de este), además de que otro punto que lastra en demasía el conjunto, es sin lugar a dudas la inserción de los personajes que representan los reporteros televisivos, pues estos se perciben casi de caricatura y rompen con la oscura y pesimista tónica del film.
Más sin embargo lo que rescata en ciertos aspectos el trabajo del debutante director mexicano, es que este indaga en los aspectos psicológicos y emocionales de sus personajes principales (el de Hernández y Alatorre), pues por ejemplo del primero podemos descubrir que ser policia para el no significa una cuestión de convicción o principios, incluso conforme avanza la trama descubrimos que este compro su plaza como agente del orden en cinco mil pesos solo para contar con chamba, además de que se nos muestra su entorno social (vive en unos de los barrios más pobres de la urbe), su formación profesional sería el equivalente a estudios de primaria, por lo que las aspiraciones personales quedan solo en cuestiones monetarias, razón para que el espectador perciba al agente Hernández en primera instancia como una víctima más en esta gran corporación del crimen.
Sin embargo al final el personaje de Hernández será el reflejo fiel de lo que representa el nefasto Comandante Alatorre, quien subsiste como una sanguijuela exprimiendo a sus empleados con el único fin de contar con más poder y ganancias económicas, por tal motivo el relato siempre se percibe bastante ominoso, a tal punto que asquea al espectador lo que presencia frente a pantalla, pues la cinta no contiene esa catarsis humorística con las que cuentan las cintas de Estrada por ejemplo, aquí la cosa se toma muy en serio por lo que visionar la cinta de Muñoz es un viaje a lo más bajo de la condición humana, claro sin llegar a los niveles narrativos de las cintas que protagonizaba Valentín Trujillo, en donde el drama se exageraba y la violencia visual rozaba los cánones de cualquier producto de exploitation.
Es por este motivo que la cinta no será de la satisfacción de todos, pues podría percibirse como bastante exagerada y negativa en la presentación de situaciones (al menos la escena de la violación sexual del comandante Alatorre al agente Hernández me pareció un tanto chocante y gratuita ya que el tratamiento del personaje que interpreta Alcázar ya nos mostraba las motivaciones de este), además de que otro punto que lastra en demasía el conjunto, es sin lugar a dudas la inserción de los personajes que representan los reporteros televisivos, pues estos se perciben casi de caricatura y rompen con la oscura y pesimista tónica del film.
Ahora bien, el apartado visual esta correcto (su servidor temía que este se asemejara a un video home) y lo correspondiente a la puesta en escena asi como la recreación de lugares como la Delegación Policial, la elección de locaciones e incluso el vestuario de los policías esta muy acertado, hasta parece que el gobierno de la ciudad de México presto los uniformes y las patrullas para el proyecto. Claro todo esto barnizado con una verdosa fotografía que nos remite a atmósferas opresivas y refuerzan el relato.
Pero sin lugar a dudas lo que sostiene esta tópica historia son sin lugar a dudas las solventes interpretaciones de los actores, comenzando por un Damián Alcázar el cual se come la pantalla en cada aparición que tiene frente a pantalla y demuestra que es uno de los mejores actores de su generación, ya que logra componer no un villano de película, si no algo peor, un ser humano común y corriente, con carencias culturales, morales e incluso emocionales, lo que lo vuelve más peligroso. Y finalemente Miguel Rodarte no desentona en su performance y los secundarios que incluyen a Roberto Sosa o Flor Payan estan en la misma línea.
Asi que puedo darle una leve recomendación a Bala Mordida, pues con todo y que busca ser una cinta incendiaria, esta no logra del todo el cometido de dejar mella en el espectador a nivel discursivo, por lo que el impacto es solo superficial, aunque aclaro lo mejor es la actuación de Alcázar y la construcción de personajes.
Me pareció buena historia y genial fotografia , en mi opinión , fué mejor la actuación de rodarte , que de alcázar ,. tambien me dió la impresión de que era videohome y los reporteros me parecieron riduculos , pero , me pareció buena pelicula , ya la compré . :D
ResponderEliminarla pelicula me dio mucho asko
ResponderEliminarla vi por Movi City de Sky o sea ya la podrán ver un gran numero de mexicanos.
ResponderEliminarConozco el medio y tratan de retratarlo de la manera mas convincente, el papel que interpreta Rodarte es el de un sobreviviente, casi analfabeta y que atesora lo que le caiga, desgraciadamente así son muchos de los policías de a pie, Alcázar es una garantía aunque se parece mucho hasta en la voz a los personajes de Héctor Suarez pero efectivamente así se mueven los Gamma de los Sectores Delegacionales, la venta y renta de armas, chalecos, balas. incapacidades es un mal que no acaba por eso molesta a las autoridades y desde toda la vida y en todas las policías del país se inventan culpables, la recomiendo pero no pasara de hacerte levantar la ceja y quien diablos invento a la prensa tipo niños Ibero que solo rellenan tiempo y le quitan form a la pelicula