
Año: 2000
Duración: 103 min.
País: Estados Unidos
Director: Stephen T. Kay
Guión: David McKenna, Stephen T. Kay (Novela: Ted Lewis)
Música: Tyler Bates
Fotografía: Mauro Fiore
Reparto: Sylvester Stallone, Mickey Rourke, Michael Caine, Miranda Richardson, Rachael Leigh Cook, Alan Cumming
Productora: Morgan Creek Productions Inc. / Franchise Pictures present a Franchise Pictures / Cannon Company Production
Género: Acción | Remake
A estas alturas del partido mencionar que Stallone ha
realizado proyectos realmente excrementables y desdeñables a lo largo de su
prolija carrera cinematográfica es demasiado obvio, incluso el histrión contará
con un gran séquito de detractores que lo consideren una falla en el sistema, ese
cáncer que tanto daño hace a Hollywood, sin embargo su servilleta también
considera que el buen Sly forma parte de ese cine comercial que se necesita
cuando uno solo quiere pasar un buen rato disfrutando de un decente y honesto cine
de género; y es que si hay algo que
reconocerle a Stallone es que como su alter ego Rocky Balboa, este nunca se da
por vencido ante las adversidades. De ahí que también este amigo de vez en vez
nos sorprenda con alguna cinta de acción bien hecha como las solventes Riesgo
Total (Renny Harlin, 1993) o El Demoledor (Marco Brambilla, 1993), o en tiempos
recientes sus dos Indestructibles (2010, 2012) y John Rambo (Stallone, 2008),
títulos que sin lugar a dudas ya se encuentran en los anales del culto.
Pues bien El Implacable (o Get Carter) es una cinta
que su servidor podría clasificar entre los trabajos menos valorados de
Stallone pues sin ser una maravilla, el film tampoco llega a los penosos niveles (aceptémoslo) de
títulos como Driven, mierda dirigida por el propio Renny Harlin en 2001 (¿quién lo diría cuando casi diez años atrás
realizaba una de la mejores cintas de acción en su filmografía), Para o mi Mamá
Dispara (Spottiswoode, 1992) o Dredd (Cannon, 1995). Y es que en El Implacable aunque
Stallone no rompe del todo el molde de tipo rudo que casi siempre interpreta en
sus cintas, es esa ambigüedad moral de su personaje lo que hace atractivo al
mismo en este título, al tiempo que se hace acompañar de dos actores de lujo en
papeles secundarios como un grandioso Michael Caine que aprovecha cada momento
en escena y un Mickey Rourke como un villano que bien pudo estar mejor definido,
pero en fin ¿qué le hacemos?.

Sin embargo Jack no se traga este argumento ya que
conocía muy bien a su hermano y decide investigar qué fue lo que paso
realmente, por lo cual asiste al trabajo de este donde se entrevista con Cliff
Brumby (Michael Caine), quien fuera el patrón de su hermano; y el sujeto que
parece un tipo bastante amable y decente también le dice a Jack (Stallone) que
su pariente era un individuo tranquilo, mas sin embargo a últimas fechas comenzaba
a notarse algo raro, tal vez porque tenía una aventura con una chica llamada
Geraldine (Rhona Mitra).

Como podrán leer respetados lectores la trama de
este filme que dirige correctamente el
director Stephen T. Kay (más acostumbrado a trabajar en televisión), tiene un
barniz de cierta originalidad en una trama de venganza que podría considerarse más un thriller que un
filme de acción (del cual no hay mucho a excepción de dos o tres peleas cuerpo a cuerpo bien resueltas y una secuencia de automóviles bastante inspirada), aspecto que de nuevo muestra esa
inquietud de Stallone por participar en proyectos más complejos a nivel
argumental como fue el caso de su filme anterior Tierra de Policias (Mangold,
1997). De ahí que el intérprete de Rocky apuesta más por la encarnación de un
personaje más complejo a nivel psicológico como es este Jack Carter, más sin
embargo encontramos que el principal problema de la cinta no es por momentos la
irregular actuación de Stallone (en verdad se esfuerza por mantener un registro
más amplio al que nos tiene acostumbrados en otras producciones), sino un guión
que no termina de definir totalmente a sus personajes y los deja solo en
esbozos de lo que pudieron ser; por tal motivo el personaje con motivaciones
realmente reconocibles es el de Stallone, el cual actúa por venganza y
redención.



Y por último las actuaciones de Miranda Richardson, Rachel Leigh Cook y Alan Cumming son
bastante genéricas por lo mal planteado de sus personajes en papel. Así que
siendo justos puedo decir que El Implacable no es esa mala cinta de la que
siempre se habla, pues como comento tiene ciertos detalles que la salvan de ser
un bodrio, desgraciadamente un guion confuso y el momento en el que se estrenó
(la carrera de Stallone en picada) le han dado esa fama de un mal film (eso si el
final tipo Happy ending me sigue causando dolor en la punta del hígado). Así que
recomendada para seguidores de Stallone con mente abierta (no hay tantas escenas de acción y hay más
diálogos) y para quien sienta cierta curiosidad por revalorar dicho titulo.
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