martes, 1 de junio de 2010

AKIRA KUROSAWA: LA FORTALEZA ESCONDIDA

TÍTULO ORIGINAL: Kakushi Toride no San-Akunin
AÑO: 1958
DURACIÓN: 123 min.
PAÍS: JAPON
DIRECTOR: Akira Kurosawa
GUIÓN: Akira Kurosawa, Ryuzo Kikushima, Hideo Oguni, Shinobu Hashimoto
MÚSICA: Masaru Sato
FOTOGRAFÍA: Ichio Yamazaki (B&W)
REPARTO:Toshiro Mifune, Misa Uehara, Takashi Shimura, Susumu Fujita, Eiko Miyoshi
PRODUCTORA: Toho
GÉNERO: Aventuras. Acción.

Creo que tanto los estudiosos y expertos en ese magnifico, tanto basto universo llamado cine, ya han analizado la obra de uno de los grandes directores que ha habido, el maestro Akira Kurosawa, por tal motivo la obra de este señor es un referente obligado para aquel que se dice conocedor o disfruta del séptimo arte. Por tal motivo he elegido uno de los filmes más emblemáticos (desde el punto de vista de un servidor) de este creador, La Fortaleza Escondida, ya que ésta contiene las motivaciones y aspectos que le fascinaban al director nipón.

Incluso aunque ya es bien sabido que éste titulo inspiro a George Lucas (plagio a si de sencillo) a crear su entretenida saga de Star Wars, creo que guardando las grandes distancias, el filme de Kurosawa debe verse como una obra independiente (sin hacer las malditas comparaciones que no aportan nada), para poder descubrir como esta goza de una exquisitez narrativa y sobre todo visual.

Pero empecemos, la historia se desarrolla en Japón en el siglo XVI, en un momento determinado entran en escena dos individuos, Tahei (Minoru Chiaki) y Matakishi (Kamatari Fujiwara), estos sujetos aparecen corriendo como si estuvieran huyendo. Después uno de ellos cae de cansancio y el otro le ayuda a pararse, pero instantes después comienzan a pelear y a discutir.

Asi nos enteramos que este par acaba de escapar de la guerra, estos pobres individuos son campesinos, sin embargo vendieron sus tierras para comprar armas y participaron en la ofensiva, pero para su desgracia les fue mal y fueron forzados a enterrar cadáveres. Pero ahora que han escapado quieren llegar a la frontera para ser libres y regresar a su pueblo aunque ya no tengan ninguna pertenencia material, sin embargo en el trayecto estos son capturados de nuevo por el ejercito y son aprisionados.

Ahora Tahei y Matakishi son usados como esclavos del Imperio junto a miles de personas que son obligados a excavar para encontrar oro, pero por suerte un motín hace que los dos hombres vuelvan a ser libres y vuelven a escapar, ahora siguen su camino y en un momento llegan a un lugar desértico donde no hay más que praderas y montañas.

Empero cuando deciden acampar en un sitio, los dos sujetos de nuevo comienzan a pelear (estos cuates siempre se pelean pero no pueden dejar de estar juntos, acaso ¿les recuerdan a C3PO y R2D2?) y cuando uno de ellos toma un pedazo de madera para defenderse, descubre que este contiene un pedazo de oro, por tal motivo el otro sujeto comienza a buscar en los demás trozos de madera que se encontraban junto al primero el preciado metal, obviamente Tahei y Matakishi pelean ahora por el mentado oro.

Pero dentro de su pelea no se percatan que a lo lejos aparece otro hombre, algo misterioso, estos comienzan a tratar de alejarse, pero este último les alcanza, este hombre tiene gran presencia física y una mirada penetrante, incluso casi no cruza palabras con el par de campesinos, pero estos como son bastante cobardes no hacen otra cosa que aceptar al hombre.

El misterioso hombre es Rokurota Makabe (un genial e insuperable Toshirô Mifune) ex general del ejercito, que tiene una misión secreta, la cual consiste en llevar a la princesa Yuki (Misa Uehara) y un gran cargamento de oro al otro lado de la frontera del Imperio, todo con el fin de salvar el agonizante reino de Yuki para que asi pueda restablecerlo. Por si fuera poco, Rokurota (Mifune) también tiene que burlar los diferentes cercos que ha establecido el General Hyoe Tadokoro (Susumu Fujita) quien ha ofrecido una jugosa recompensa por la cabeza de la princesa.

Por este motivo Rokurota (Mifune) convence a Tahei y Matakishi para que le ayuden en esta peligrosa misión, sin embargo como este par no goza de mucha valentía pues nuestro héroe los convence ofreciéndoles una parte del cargamento de oro y con esta propuesta los dos hombrecillos acceden.

Y asi comienza esta emocionante, divertida y sobre todo magnánima historia, que no da concesiones desde su arranque, ya que nuestros protagonistas tendrán que sortear infinidad de situaciones para salir triunfadores en esta peligrosa misión, toda gracias a la inteligencia y destreza física de la cual goza el personaje de Toshirô Mifune. Incluso encontramos bien balanceados situaciones y personajes, lo que hace de este titulo una gozada ya que la parte bufonesca queda representada en Tahei y Matakishi, personajes que lo único que los motiva es la avaricia por el dinero y que reflejan de algún modo el patetismo del ser humano por los bienes mundanos.

Como contraparte coexisten Rokurota (Mifune), la princesa Yuki (Uehara) y un último personaje femenino que aparece en la historia y que se vuelve otro símbolo en la misma (si señores, aquí los personajes y situaciones no se meten arbitrariamente nada más por que si), que representan el valor, la heroicidad como una filosofía de vida y sobre todo la esperanza.

Asi mismo podemos ser testigos de la maestría de la cual gozaba Kurosawa detrás de cámaras, ya que la planificación, montaje, puesta en escena y la fotografía son grandiosos, como ejemplos tangibles han quedado en mi memoria dos escenas, la primera: cuando Tahei y Matakishi son encarcelados en una especie de Templo y son obligados a escarbar para hallar oro, esta escena es casi perfecta, su composición y fotografía es hermosa.

La segunda: cuando nuestros protagonistas se unen a una celebración pagana donde se ofrece como ofrenda, kilos y kilos de madera, esta escena además de contar con los elementos plásticos mencionados con anterioridad, además esta cargada de mucha emotividad, además de que la música también es excelente.

Por otra parte los actores desempeñan su labor con creces, pero me gustaría resaltar la interpretación de Toshirô Mifune, ya que su interpretación es genial, al igual que su presencia física, de hecho años más tarde se convertiría en el grandioso Yojimbo (Akira Kurosawa, 1961) por lo que su personaje en esta cinta parece casi un esbozo del ANTIHÉROE que encarnaría tres años después.

Asi que para finalizar debo decir que La Fortaleza Escondida, asi como la mayor parte del cine de Kurosawa es una obra que debe verse, ya que este desborda imaginación, entretenimiento, pero sobre todo honestidad. El cine de éste autor, es en estos tiempos una bocanada de aire fresco, ya que una verdadera obra cuando esta bien cimentada jamás caduca.

4 comentarios:

  1. Me uno a su encomienda, Sr. G. Celebro que ponga al frente y directo la obra del maestro Kurosawa y que, con humildad, homenajee con una excelente reseña que abarca todos los puntos esenciales de tan magistral obra sin descuidar la perspectiva y nivel interpretativo que le genera la revisión de tan incalculable trabajo. La verdad, poco que aportar después que lo ha dicho todo de forma tan precisa, por lo que solo me uniré a la invitación para que los fans de Star Wars revisen la cinta y se percaten que Lucas jamás inventó nada... bueno, solo la forma de explotar sus creaciones a un nivel megalómano, algo que ojalá a Kurosawa se le hubiera ocurrido para no tener que recurrir a las limosnas de Spielberg o el mismo Lucas después que el gobierno nipón se rehusara a financiar sus futuros proyectos, los cuales obviamente resultaron soberbios: "Kagemusha" y "Los Sueños". Si ese infame par le llegan a producir también a Scorsese, Jarmusch, Egoyan o Allen, igual y un dia se redimen.

    ResponderEliminar
  2. jajajajaja, estoy de acuerdo, El Rey Midas (como suele decirle el George de Tierra Dos) y Lucas deberían hacer una aportación importante al cine e invertir sus jugosos recursos para apoyar poyectos de verdaderos directores como los que menciona. Con esto incluso entren al cielo (claro si es que existe).

    ResponderEliminar
  3. Coincido contigo, el cine de Kurosawa desborda honestidad. Sería bueno que las nuevas generaciones de cineastas lo tuvieran como referencia y se volviera a hacer un cine auténtico y lleno de realismo.

    ResponderEliminar