Título
original: Robocop III
Año: 1993
Duración:
104 min.
País: Estados Unidos
Director:
Fred Dekker
Guión:
Fred Dekker & Frank Miller
Música:
Basil Poledouris
Fotografía:
Gary B. Kibbe
Reparto: Robert Burke, Nancy Allen, Rip Torn, Remy Ryan, John Castle, Jill
Hennessy, CCH Pounder
Productora: Orion Pictures
Género: Acción.
Hace tiempo que su servidor no tenía la oportunidad
de escribir nada en este espacio (ya sea por tiempo o por el desarrollo de
otros proyectos), sin embargo cierta tarde que contemplaba el televisor (ok pantalla
para no leerme tan arcaico) y cambiaba de canal para encontrar algo de cierto interés,
pues resulta que pasarían Robocop III y pensé, ¡tengo que verla de nuevo!, hace
tiempo que no me reencontraba con este personaje tan fascinante (y trágico por
partes iguales), al tiempo que mis
recuerdos de infante siempre han guardado buenos evocaciones al respecto. Y es
que es inevitable no resaltar que Robocop es quizá uno de los personajes cinematográficos
más icónicos que se hayan gestado, y todo gracias a ese discurso incisivo sobre
la manipulación mediática, el capitalismo y la corrupción.
Aspectos que se meten en la conciencia del
espectador gracias a ese vehículo visual tan poderoso que logro filtrar su
visionario director Paul Verhoeven a través de un lenguaje ocular que tomaba la
violencia más explícita como la materialización del mensaje que se quería expresar.
Por supuesto en su momento algunos neófitos solo pudieron ver una cinta de
acción o ciencia ficción plagada de violencia descarnada, pasando por alto esa
exquisita degustación del platillo intelectivo que el director holandés nos
había regalado; empero la cinta con el paso del tiempo ha envejecido excelente
pues es una obra bien consolidada y arriesgada que aún es nuestros tiempo se
percibe osada.
Pues bien centrándonos en la tercera aventura del maltrecho
oficial Alex J. Murphy (ahora interpretado por Robert Burke), está ahora nos
plantea un futuro no menos distópico que las anteriores (al parecer la visión
pesimista sobre la condición humana y las instituciones que conforman esta, se descubre como
la basa en la cual Frank Miller soporta
su tesis) y ahora la multipoderosa OCP trama construir grandes centros
habitacionales, pues su director corporativo (Rip Torn) ha hecho alianzas con
una multinacional de oriente llamado Kanemitsu (Mako), por lo cual de no
desalojar a los habitantes de varios barrios del viejo Detroit podría causar pérdidas
millonarias. De ahí que Rip Torn contrate una especie de policía "pacifista" cual cascos azules para
ayudar a las labores de desalojo, estos a cargo de Paul McDaggett (John Castle)
quien con sus no muy tiernos métodos despojan a los habitantes de sus hogares.
Por si esto no fuera poco la debilitada policía de
Detroit sigue en su lucha constante con la delincuencia, la cual por momentos
parece rebasarlos en armamento y cantidad, por lo cual Robocop (Burke) sigue
siendo una pieza fundamental para el combate de esta. Desgraciadamente cuando
su compañera Anne Lewis (Nancy Allen) perece en un enfrentamiento ante el pequeño
ejército de McDagget, Murphy decide unirse al reducido grupo de rebeldes que
defienden sus hogares, aunque esto signifique romper varias de las directrices
que la propia OCP ha implantado en el cerebro de nuestro protagonista y tomar venganza en nombre se su compañera de policia. Como
usted podrá darse cuenta y si ya vio las anteriores entregas del héroe metálico,
podrá inferir que el arco argumental no contiene nada nuevo bajo la manga, de
nuevo se muestra la batalla eterna entre el bien y el mal) y está a años luz de
sus predecesoras tanto en fondo como en forma, sin embargo y aunque algunos
elementos que caracterizaban a la original aún se conservan aunque en menores
dosis (como el humor negro y la ambigüedad moral de los personajes), debo decir
que esta entrega da un bajón considerable en cuanto a la calidad de las dos
anteriores, ¿la razón?, pues resulta que Fred Dekker no es Paul Verhoeven, y
por supuesto ni a Dekker ni a la Orion Pictures les interesaba hacer una obra
memorable, sino más bien sacar un poco de pasta extra por la imagen del icónico
personaje y la comercialización de la misma.
Motivo por el cual se inserta un personaje infantil
que funge como sidekick de Robocop (una pequeña niña de unos 10 u 12 años que
es experta en programación), de ahí que las clasificaciones R1 y R2 quedan
diluidas y esta cinta se vuelve más accesible para toda la familia. Incluso y
pasando por alto este inconveniente (bueno creo que no se puede), se podría
decir que esta cinta es más como un comic llevado a la gran pantalla pero mal
ejecutado, ¿por qué? Pues bueno tenemos como primer punto el personaje de la niña,
el cual ni de broma encajaría en el universo hiper violento creado por
Verhoeven cinco años atrás. Segundo punto, el villano (bueno la contraparte de
nuestro héroe) un robot samurái (el cual con más presupuesto y un tratamiento más
serio de personaje hubiese resultado más jugoso) es desaprovechado y solo se
percibe como una de tantas ideas que no se llegan a ningún puerto, y por
supuesto el tono de la cinta ya deja de lado la zozobra de las situaciones que suponen ser peligrosas. Por otro lado si hubiese algo rescatable en este aspecto, su servidor, sujeto con
alma geek cree que ver a Robocop volando por los aires despachándose a los
malos con varios gadgets y aditamentos tecnológicos era un aspecto de los más logrados en la imaginería visual
del film.
Sin embargo si usted respetable lector ha leído o
por lo menos ojeado algún comic de Robocop, sabrá que lo planteado en esta
cinta está muy lejos de tener algo de parecido a ese universo lúgubre y mal
sano que plantea Frank Miller en sus viñetas. Por otra parte y quizá el
elemento que más se adolece es la ausencia del gran Peter Weller, actor que
dotaba de humanidad al personaje y que con toda su expresión corporal hacia
suyo el personaje. Y es que para quien piense que ponerse un traje y estar detrás
de una máscara podría resultar fácil, pues queda claro que no, ejemplos como el
Batman de Keaton en comparación a sus predecesores es un muestra clara de eso,
pues estos nunca le llegaron ni a los talones, aqui pasa lo mismo, pues el performance de Robert Burke
dista mucho del carisma y personalidad que le imprimía Weller, pero lo peor de todo quizá sea el hecho de que también se han diluido los aspectos psicológicos que hacian de Robocop esa figura rica en motivaciones, al tiempo que resultaba fascinante esa lucha interna que se da entre el hombre y la maquina.
Por otra parte
los efectos especiales se perciben menos logrados que la original (algo difícil
de imaginar si tomamos en cuenta que han pasado cinco años de avances tecnológicos), hasta la armadura de Robocop luce de menos calidad y algo desproporcionada en cuestion anatómica.
Empero no todo es malo, si soy muy honesto puedo decir que la cinta se deja ver
y entretiene (por supuesto pasando por alto algunas incoherencias en el guión),
pues existen ciertos fotogramas que se quedan en la mente, como por ejemplo el
rescate de Robocop a su compañera y otros oficiales de policía a manos de unos vándalos
en una zona de las más peligrosas de la ciudad (esta secuencia se percibe bien
planificada), o por ejemplo también se muestra la vieja comisaria a cargo del
Sargento Reed (el siempre carismático Robert Doqui) quien tiene que lidiar con
los psicópatas, prostitutas y padrotes que invaden la misma a cada momento del día.
Mencion aparte merece John Castle como Paul McDaggett, pues este se
percibe como el verdadero villano de la función y se vuelve interesante por el desarrollo
psicológico del mismo, en comparación de los demás personajes (incluyendo al
propio Robocop como ya explicaba anteriormente). Y por supuesto lo que si se mantiene es la excelente
banda sonora de Basil Poledouris, la cual dota de cierta personalidad al filme.
Por
lo demás la historia no deja de ser un compendio de guiños reciclados de la
original (acá los spots televisivos se perciben solo como aspectos discursivos
de relleno y ya no tiene ese trasfondo intelectual de la primera) y nada más. Así
que como experiencia nostálgica el filme resulta pasable y reafirma la
interrogante ¿en verdad era necesaria esta secuela?. Solo para fanaticos y completistas del personaje.
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