Año: 2014
Duración: 106 min.
País: Estados Unidos
Director: Jaume Collet-Serra
Guión: Christopher Roach, John W. Richardson, Ryan Engle
Música: John Ottman
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Reparto: Liam Neeson, Julianne Moore, Lupita Nyong'o, Michelle Dockery, Anson Mount, Scoot McNairy, Bar Paly, Corey Stoll, Linus Roache, Jon Abrahams
Productora: Silver Pictures / StudioCanal
Género: Acción.
Su servidor ha encontrado en las cintas de acción del señor Liam Neeson ese placer culpable que llega casi cada verano, esa bocanada de aire fresco que recuerda al viejo y duro cine de acción de los años ochenta (lo se esto es una paradoja) despojado de cualquier pretensión más que la de entretener, donde el intérprete de Taken (la cual tendrá su tercera entrega en el verano del 2015 y espero que sea mejor que su predecesora) se mete de lleno en su rol de héroe crepuscular para brindarnos un rato de sana diversión. De ahí que en esta Non Stop o Sin Escalas, el buen Nesson interpreta a un agente federal de vuelos internacionales llamado Bill Marks (el cual odia volar por cierto), sujeto con pasado ominoso que le ha provocado caer en el alcoholismo y la depresión, un secreto a voces para sus compañeros y superiores, el cual más sin embargo realiza dicha actividad para proteger a los pasajeros de posibles amenazas (o simplemente para sobrellevar su patética vida).
Total que cierta noche Bill (Neeson) realiza lo que parece ser un vuelo de rutina sin saber que se enfrentara a una situación de verdadero peligro, esto cuando un sujeto comience a enviarle mensajes de texto a su móvil amenazando que alguien dentro del avión morirá en los siguientes veinte minutos si es que el agente Marks no deposita la cantidad de ciento cincuenta millones de dólares en una cuenta, esto ya en pleno vuelo. Por supuesto el agente Marks se pone en alerta e intenta descifrar quien puede ser el posible “bromista” que le ha enviado dichos mensajes, sin embargo pasando ese transcurso de tiempo la amenaza se vuelve real cuando uno de los cientos de pasajeros muere (la primera muerte llega de manera inesperada en una de muchas vueltas de tuerca que depara el guion).
Por tal motivo Bill tendrá que tratar de descubrir al autor de dicha amenaza pues mientras no se cubran sus demandas un pasajero morirá cada veinte minutos.
Por si fuera poco y con el tiempo encima, con una tripulación que al pasar el tiempo se vuelve más y más hostil cualquiera podría ser el asesino, es por esto que nuestro protagonista solo pondrá su confianza en una pasajera llamada Jen Summers (Julianne Moore) quien lo ayuda a realizar la investigación para atrapar al villano lo antes posible, ya que el panorama no mejora para nuestro protagonista cuando varias pruebas apuntan a que el responsable de todo este embrollo (por llamarlo así) es el agente Marks.
Pues bien la nueva cinta del director Jaume Collet-Serra si bien no es nada original en el planteamiento de la premisa, pues esta recuerda a filmes como Pasajero 57 (Kevin Hooks, 1992), Avión Presidencial (Wolfgang Petersen, 1997) o más recientemente Serpientes a bordo (David R. Ellis, 2006) donde la acción se llevaba a bordo de dichos vehículos aéreos y el héroe en turno debía sacar a buen puerto la situación de emergencia que se presentaba; sin embargo en esta cinta el guion firmado por tres sujetos (aunque usted no lo crea) logra mantener la intriga y la acción de una historia que si bien no es nada del otro mundo, si se logra buen manejo de suspense desde que arranca la cinta hasta una resolución que si bien no se descubre de manera forzada, si llega un tanto descafeinada pues los espectadores más avispados probablemente descubran bastante rápido al villano en turno.
Empero hay que decir que guardar la identidad del autor intelectual de los crímenes a bordo del avión, a diferencia de las cintas mencionadas anteriormente donde había un villano reconocible (bastante malos por cierto cayendo en el cliché de los villanos de esa epoca), en la cinta de Collet-Serra se agradece la originalidad (si se le puede decir) de tomar aspectos narrativos que recuerdan más a obras de Agatha Christie o Alfred Hitchcock (claro guardando las distancias), por lo cual hace que la experiencia de jugar al gato y al ratón sea más satisfactoria. Sin embargo es gracias a la interpretación con gran aplomo de Neeson que la historia y los resultados del filme se tornan llevaderos y creíbles, pues el actor de Sin Identidad (2011) se toma bastante en serio su papel de héroe atormentado por lo cual logra dotar de rasgos humanos a un personaje que solo se encuentra esbozado, y es que en manos de otro actor con menos capacidad de mimetización (o menos colmillo para desarrollar sus capacidades histriónicas) solo se descubriría como otro cliché del género.
En el mismo tenor se encuentra la siempre excelente Julian Moore que con un papel bastante simplón (en ocasiones da la impresión que esta algo desperdiciada), también hace que su personaje salga a flote y logra una buena interacción con Neeson quien es el verdadero rey de la función con sus ya reconocibles métodos interpretativos. Por lo demás los secundarios cumplen bien sus papeles, encontramos los típicos personajes arquetípicos para darle un poco de multiculturalidad al asunto como la azafata buena onda, el policía neoyorquino que viaja en el avión que después se volverá aliado, la niña que hace el viaje para encontrarse con su padre o el pasajero de origen oriental que siempre se percibe sospechoso en primera instancia.
Por supuesto el diseño de producción es impecable por lo cual la fotografía del director Flavio Martínez Labiano (Cronocrímenes, 2007) aporta ese estilo frío y estilizado al film, empero hay que resaltar también que la labor detrás de cámara del director español es bastante encomiable (encuadres, ritmo, etc.) y lo mejor es que dota de su propio estilo al film.
Como aspectos algo desdeñables podría decir que la cinta deja para el tercer acto la forzada secuencia de acción que exige cualquier blockbuster del género donde Neeson tiene que pelear cuerpo a cuerpo con su némesis (explosiones dentro del avión incluidas y tomas grabadas en ralentí que buscan reforzar el dramatismo de la conclusión), con coreografías que recuerdan de inmediato a Búsqueda Implacable, situación que si bien es bastante predecible por momentos rompe con el ritmo “realista” de la cinta y el último tramo solo sirve como vehículo de lucimiento para Neeson, y es que la cinta se había sostenido bastante bien con el manejo del suspense y las interpretaciones de Neeson y Moore, ¿pero qué le vamos hacer si es un filme de acción no?.
Eso sí, su servidor extraño tal vez un poco más de mala leche, una dosis de incorrección política y tal vez que el villano al final no fuera tan blando, pues este carece de personalidad y sus motivaciones son bastante pueriles.
Así que para finalizar diré que si me ha gustado Sin Escalas, pues aun y con los huecos y algunas incongruencias en su guion, su servidor no puede negar que la cinta entretiene y nunca vuela bajo (jajajaja por decir que nunca aburre) gracias a que su realizador sabe cómo mantener las cosas a flote, y lo más importante quizá sea descubrir que el carisma de su protagonista es bastante solvente para cargar el solo sobre sus hombros todo el peso de la cinta haciendo de esta su propio espectáculo. Así que estimado lector recomiendo ver Non Stop cualquier domingo por la tarde como un sano divertimento o si lo prefiere antes de abordar su vuelo si se encuentra a punto de viajar, pues le aseguro que hará más placentera su estancia en esos inmensos andenes que nos privan de cualquier otra actividad que no sea la de esperar.
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