Año: 1969
Duración: 85 min.
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen & Mickey Rose Música: Marvin Hamlisch Fotografía: Lester Shorr
Reparto: Woody Allen, Janet Margolin, Marcel Hillaire, Jacqueline Hyde, Jan Merlin, Lonny Chapman Productora: Jack Rollins & Charles H. Joffe Productions
Género: Comedia.
Allan Stewart Konigsberg mejor conocido
mundialmente como Woody Allen inicio su carrera a la edad de los diecisiete
años escribiendo algunos chistes para ser publicados en el periódico de su
ciudad hasta que diarios tan conocidos como The Mirror y The New York Times
comenzaron a hacerse de sus servicios al ver la genialidad en sus escritos. Sin
embargo no fue hasta la edad de 23 años que Allen comenzó a aparecer en algunos
locales y programas de tv realizando algunas rutinas y gags que le abrieron
camino para participar como actor y guionista en el filme What´s new Pussy Cat?
Quien diría que lo mejor que le pudo pasar a Allen es no haber terminado ni
siquiera el segundo semestre de la carrera en Producción cinematográfica en la
Universidad de Nueva York (le aburrían las clases e incluso un maestro llego a
decirle “No eres material de universidad, creo que tendrás que recibir ayuda
psiquiátrica, porque me parece que no tendrás mucha suerte para encontrar
trabajo” jajajaja, ¿Qué pensara ese maestro ahora?), pues este a partir de ese
momento inicio una prolífica carrera que han hecho del autor norteamericano uno
de los directores más influyentes en la historia del cine.
Es por eso que en Toma el Dinero y Corre, (Allen con 33 años
cumplidos) el primer largometraje totalmente escrito y dirigido por Woody se
pueden notar sus influencias cinematográficas (el humor Chaplinezco por ejemplo
se encuentra presente en todo el filme) claro encontrando su propio lenguaje, y
una energía sin límites que hacen de esta película una ópera prima si bien no
perfecta, si se una gran carta de presentación con una gran honestidad y amor
por el cine. La cinta abre con una voz en off quien comienza a narrarnos la
vida criminal de nuestro adorado protagonista
Virgil Starkwell (Woody Allen), quien desde muy temprana edad tenía esos
impulsos criminales que sublimaba un poco al tomar clases de música, aspecto en
lo que no era bueno según testimonio de su maestro (jajaja primero de muchos
guiños autobiográfico del autor). Total que en su etapa adulta el bueno de Virgil
pues adopta al chelo como su instrumento, empero siendo honestos pues jamás
pudo explotar al máximo su potencial.
Es así como Virgil decide mejor entregarse a la
vida criminal (asunto en el cual tampoco se desenvuelve muy bien que digamos)
hasta que conoce a una mujer llamada Louise (Janet Margolin) de la cual queda
totalmente enamorado y decide dejar de delinquir; pero el destino en ocasiones
es caprichoso y cruel, y Virgil no puede encontrar un trabajo que le ayude a
vivir de manera honrada (jajaja sublime la escena donde nuestro protagonista
comparte un emparedado con su amada), motivo por el cual decide volver a la
vida bandida y tras varios fracasos, arrestos y fugas de prisión (jajajaja lo
del jabón en forma de pistola es impagable) Virgil se convierte en uno de los
criminales más famosos de Norteamérica volviéndolo una leyenda. Como el
respetable podrá leer, el argumento de la cinta es bastante simple (que no
simplista en su ejecución) más sin embargo Allen ya muestra en este trabajo que
tiene gran control de la narrativa, pues aunque el filme es una sucesión de
gags cómicos, el hilo conductor nunca se pierde. Incluso el formato documental
que el director le provee al relato hace que la experiencia se torne aún más
sardónica (jajaja las entrevistas realizadas a los padres de Virgil para
indagar sobre su pasado ataviados con lentes para ocultar sus rostros son
hilarantes).
Así mismo se pueden descubrir como las manías
existencialistas, discursivas y culturales del autor (las cuales serán una
constante en su filmografía) quedan expuestas de manera bastante honestas en
este filme (los datos autobiográficos siempre están presentes y no dejan de
percibirse bastante cómicas), al tiempo que ya se perfila ese personaje que volvería
de Allen ese héroe intelectual, despistado y apacible que interpretaría en sus
subsecuentes comedias románticas, incluso el propio Allen se definiría de este
modo en esa etapa, “Yo
no quería ser Bogart, tampoco quería ser John Wayne. Yo sólo quería ser el joven
de la clase, quería ser ese chico con gafas que nunca consigue a la chica, pero
que es divertido y cae bien a todo el mundo”. Aunque en este momento la interpretación de Allen puede percibirse algo
más enérgica, no tan pulida como en las subsecuentes obras, más sin embargo se disfruta
ese humor simplón con situaciones jocosas, por lo cual el buen Woody sale bien
librado en este su primer rol protagónico.
Por supuesto y como comentaba Toma el Dinero y Corre
es una gozada, cuenta con un humor bastante fino con dosis de humor negro y
referencias cinematográficas que serán las delicias de los cinéfilos (el
homenaje a la cinta de Paul Newman La Leyenda del Indomable por ejemplo es
excelsa), pero nunca cae en el pesimismo aun y cuando su protagonista tiene que
lidiar con infinidad de desventuras para encontrar la felicidad, como queda
plasmado en la escena final donde se puede avistar de manera bastante clara el destino de Virgil (jajaja
para partirse de la risa de nuevo), muy al estilo de las cintas de Charles
Chaplin, donde nuestro despistado protagonista sale avante, al tiempo que
encontramos las dosis perfectas de nostalgia y comedia; empero y como comentaba
con anterioridad, Allen dota de propia personalidad a sus personajes haciendo
que aun y cuando estos son de cierta forma caricaturas, existen rasgos
psicológicos y motivaciones que cargan de pathos a los mismos para que el
respetable se identifique con estos, por lo cual se tornan entrañables.
Por otra parte la puesta en escena aunque modesta
sirve para contar la sencilla historia que plantea Allen, al tiempo que la música
socarrona de Marvin Hamlisch provee de más peculiaridad a
los gags que Woody se encarga de montar. En definitiva, Toma el Dinero y Corre
es una muy divertida cinta, bastante afable y fácil de visionar, la cual sin
temor a equivocarme los hará pasar un agradable rato lleno de carcajadas. Y aunque pudiera percibirse bastante ligera, esta
contiene aspectos muy puntuales sobre cuestiones sociopolíticas, el amor, el
humanismo y demás aspectos que hacen de la obra de Woody Allen una de las más
solventes en la historia del cine. Así que no se la pierdan.
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