TÍTULO ORIGINAL: Taken 2
AÑO: 2012
DURACIÓN: 91 min.
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Oliver Megaton
GUIÓN: Luc Besson, Robert Mark Kamen
FOTOGRAFÍA: Romain Lacourbas
MUSICA: Nathaniel Méchaly
REPARTO: Liam Neeson, Maggie Grace, Luke Grimes, Famke Janssen, Rade Serbedzija, Leland Orser, Jon Gries PRODUCTORA: Europa Corp.
GÉNERO: Acción
“Se
metieron con el hombre equivocado, otra vez”
Allá por el año 2008 surgió una cinta llamada Búsqueda Implacable, la cual extrañamente gano varios adeptos aun y cuando su planteamiento era la de cualquier cinta de serie b sacada directamente a video que bien pudo protagonizar Jean Claude Van-Damme o Dolph Lundgren, empero esta obtuvo cierta notoriedad gracias a sus pocas pretensiones artísticas, una cuidada puesta en escena y por su puesto a que dicho filme sustentaba su éxito en el quehacer interpretativo de Liam Nesson; actorazo consagrado que igual y te hace Kinsey (Bill Condon, 2004) o participa en hediondeces como Furia de Titanes (Louis Leterrier, 2010). Y es que la presencia de Neeson como héroe de acción (sobre todo cuando el respetable comprobaba que este tenía presencia física y podía realizar secuencias de acción sin quedar en ridículo) fue lo que realmente daba legitimidad al proyecto que estaba auspiciado por el realizador francés Luc Besson quien aquí fungía como productor y guionista y cedía el puesto de dirigir todo el teatrito a Pierre Morel (desconocido director gales para un servidor) quien dos años más tarde hiciese también bajo el apadrinamiento de Besson la casposa cinta de acción De Paris con Amor con un calvo John Travolta bastante pasado de peso cual Steven Seagal en plan de action hero (si lo sé, se oye grotesco el asunto pero verlo en pantalla es aún peor).
Como sea, Búsqueda Implacable
resulto hasta cierto punto una bocanada de aire fresco para los fans del cine
de acción y por supuesto de Neeson por lo que no era de sorprender que una
secuela se pusiera en marcha, sin embargo su servilleta que bien disfruto de la
primera desventura de Bryan Mills (Neeson) tenía claro que ampliar el universo
de este era casi imposible sobre todo si tomamos en cuenta que el cierre del
film fue más que conveniente. Pues bueno aquí se encuentra su servidor el cual
ha decidido pagar la entrada al cine con todo y los riesgos que conlleva
revisar esta cinta ahora dirigida por el también indigesto Oliver Megatón (si
vieron el Transportador 3 sabrán a que me refiero) y el resultado no podía ser
peor sobre todo cuando uno espera que por lo menos esta continuación mantenga
cierta gracia como la anterior, cosa que por supuesto no ocurre.
Pero bueno comencemos, usted respetable blogero se preguntará ¿de qué se
trata tan distinguida cinta?, pues como reza el eslogan de arriba más de los
mismo pero con más presupuesto, menos gracia y un nuevo escenario, ahora la
historia se desarrolla en Estambul, lugar donde nuestro protagonista el
ex agente de la CIA Bryan Mills (Neeson) se encuentra trabajando como
jefe de seguridad de un importante mandatario, sin embargo como dicho encargo
termina en solo tres días Mills decide invitar a vacacionar a su ex
esposa Leonore (Famke Janssen) y su hija Kim (Maggie Grace) para
que la primera se olvide un poco de sus problemas ¡¿maritales?¡ que tiene con
su actual esposo y rescatar un poco el tiempo perdido con la segunda (ósea lo
que todo buen padre y ex esposo debiera hacer, jajaja, es sarcasmo). Empero Mills
no sabe que unos peligrosos hombres, todos ellos provenientes de algún país de Europa
del norte planean encontrarlo y asesinarlo bajo las funestas órdenes de un
sujeto llamado Murad Krasniqi (Rade Serbedzija), padre adolorido del
cabecilla que traficaba con mujeres en la primera entrega y al cual Mills le
quito la vida de forma bastante dolorosas por cierto (fue el fulano al que Mills
le conecta una batería al corazón para que muera lentamente) tratando de salvar
a su hija.
Exactamente señoras y señores,
esta secuela se trata de que los malos de malolandia quieren vengarse de
nuestro héroe por que según sus códigos éticos lo que hizo Bryan estuvo mal
(¡hijos de puta¡ como si la trata de blancas se comparará con robar caramelos),
motivo por lo cual estos sujetos encuentran a Mills y a su ex y los secuestran,
pero como son unos ineptos pues nuestro protagonista se escapa y para mala
fortuna de estos, se enfrentarán a un encabronado y letal ex agente que de
nueva cuenta se cargará de la forma más dolorosa a todos aquellos que osaron
meterse con su familia. Y básicamente este es el pobre planteamiento de esta
mediocre cinta que saca a flote Liam
Neeson (eso sí de manera bastante forzada) y es que entre un
guión que se encuentra repleto de circunstancias bastante inverosímiles (la
forma en que Kim
logra encontrar a sus progenitores es para jalarse los pelos de incredulidad, o
el método que utiliza Mills
para ir registrando los lugares por los cuales ha pasado mientras se encuentra
cubierto del rostro son para partirse de risa) y una torpe dirección que abusa
de la implementación de la cámara en movimiento (maldito Paul Greengrass
no sabías lo que hacías cuando nos presentaste El Ultimatum de Bourne en 2007,
ahora todo mundo cree usar tu frenética técnica sin tener puta idea de cómo
hacerlo).
Y es que el señor Megatón falla
en donde Leterrier
había acertado (con todo y que este también abusaba de la cámara en mano)
puesto que las secuencias de acción que se nos presentan en esta secuela se
perciben sin la suficiente fuerza para emocionar al respetable ya que como
mencionaba, el montaje de las mismas es bastante confuso y falto de ritmo (a
excepción del enfrentamiento final entre Bryan
Mills y uno de los achichincles de Krasniqi) o tal
vez ya hemos visto esto demasiadas veces que el respetable ha perdido todo
ápice de asombro. Por si fuera poco y como menciono, el factor sorpresa se ha
perdido y la historia ya no nos brinda esas dosis de emoción o suspense que su
predecesora (mencione que
Luc Besson y otro sujeto ¿reciclaron el guión?..... perdón
escribieron este esperpento) por lo que la historia borda los lugares comunes
del género y obviamente nunca llegamos a sentir ese sensación de incertidumbre
para con el protagónico, por lo que ya sabemos que al final habrá una
conclusión estilo
happy ending. Pero lo peor no es esto, si no que dentro de
tanta supuesta violencia visual el respetable o seguidor curtido de las series b más
legítimas de los años ochenteras como su servidor, saldrá defraudado cuando
descubra que cualquier ápice de hemoglobina roja brilla por su ausencia aun y
cuando los golpes, las patadas y por supuesto el uso desmedido de armas de
fuego están a la orden del día, por lo cual el resultado se antoja paradójico.
Y ya ni hablar de las escenas
que pretenden explorar en las emociones de la familia Mills, ya que estas son
tan maniqueas que dan más pena ajena que otra cosa, incluso ni Liam Neeson
salva de la mediocridad esos pasajes que parecen sacados de algún programa del Hallmark Channel.
Ahora bien en lo concerniente a las actuaciones puedo decir que si, el señor Neeson lo logra
otra vez percibiéndose convincente como duro y maduro héroe de acción, incluso
su carisma y estoicidad es lo que realmente llena la pantalla haciéndonos
olvidar por momentos la risible historia que estamos presenciando. Por otra
parte Famke
Janssen hace lo que puede con su genérico personaje de mujer en
peligro y Maggie
Grace como la hija del matrimonio Mills por lo
menos es de agradecer que no entregue una interpretación castrante; eso si los
sujetos que hacen de los villanos en turno son bastante genéricos y planos que
no dejan de ser simples caricaturas por lo que nos importa un carajo lo que les
pase, contrario a la cinta anterior donde el distinguido deseaba que nuestro
héroe se los cargara de las formas más dolorosas posibles.
Así que ¿qué más puedo decir
sobre esta cinta? Pues que si tienen oportunidad de verla no lo hagan y mejor
vayan a su video culb más cercano y vean de nueva cuenta la original pues como comentaba, este trabajo del señor Megatón falla
estrepitosamente al tomarse demasiado en serio y por supuesto a la incapacidad
de mantener cierto ápice de frescura con la que contaba su predecesora. Lástima
pues si los responsables del proyecto se hubiesen enfocado en dotar de otra
premisa al film o por lo menos se hubieran tomado con cierto respeto al
espectador que paga la entrada para ver sus productos, el resultado fuera más
satisfactorio, desgraciadamente y aunque usted no lo crea los últimos diálogos
que parafrasea el personaje de Neeson
nos indican que queda abierta la posibilidad para otra secuela.....¡Ah¡ y por
supuesto a los 50 millónes de dolares de recaudación en la primera semana de
estreno.
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