AÑO:1979
DURACIÓN: 96 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Woody Allen
GUIÓN: Woody Allen & Marshall Brickman
MÚSICA: George Gershwin
FOTOGRAFÍA: Gordon Willis (B&W)
REPARTO: Woody Allen, Diane Keaton, Michael Murphy, Meryl Streep, Mariel Hemingway, Anne Byrne
PRODUCTORA: United Artists presenta una producción Jack Rollins / Charles H. Joffe
PREMIOS: 1979: 2 Nominaciones al Oscar: Actriz secundaria (Mariel Hemingway), guión
1979: BAFTA: Mejor película
GÉNERO: Comedia. Drama.
Decir que Woody Allen es uno de los directores más influyentes del siglo pasado podría sonar hasta redundante, empero no puedo dejar de señalarlo sobre todo cuando en estos tiempos de remakes, secuelas e infinidad de Blockbusters de ese llamado “cine moderno” que utiliza sofisticadas técnicas de efectos especiales o el insípido 3D (a últimas fechas) para impactar al espectador, ha invadido durante años las salas cinematográficas y peor aun, las conciencias de los nuevos espectadores que creen que ver mega robots partiéndose a golpes y diciendo chistes malos, o presenciar como sujetos llenos de músculos acompañados de supermodelos que corren autos modificados por las favelas de Brasil es cool, pues me parece pertinente revisar de nuevo y usar como antídoto la obra de este realizador que al igual que Ingmar Bergman, compone relatos íntimos que hablan sobre la condición humana, pero a comparación del director sueco, Allen impregna un sabor agridulce de comedia que lejos de ser pueril se descubre incisiva.
La cinta abre con una espectacular secuencia de créditos que nos va exponiendo la imponente ciudad de New York de noche, la cual comienza a mostrarnos lugares tan emblemáticos como los teatros que residen en Broadway, el museo de Arte Moderno o Time Square, asi como los diversos barrios y distritos como el Bronx o Queens, todos retratados con una bella fotografía en blanco y negro (a cargo de Gordon Willis) mientras la voz en off de nuestro protagonista (el propio Allen) nos explica que la gran urbe para el no es más que una parábola sobre la decadencia de la sociedad contemporánea, un lugar donde el capitalismo más oscuro converge con las expresiones intelectuales y artísticas más loables, motivo por el cual dicha ciudad es tan fascinante y por ende su hogar.
Después otra escena nos lleva dentro de un restaurante donde varios personajes comparten una agradable tertulia, en ese momento conocemos a Isaac (Woody Allen) un hombre entrado en los cuarenta, intelectual y escritor frustrado que trabaja para un popular programa de tv quien se encuentra acompañado de su novia de 17 años, Tracy (Mariel Hemingway futura chica Superman, jajaja), los cuales comparten la mesa con Yale (Michael Murphy) y su esposa Emily (Anna Byrne) un matrimonio relativamente normal, los cuales conversar de asuntos relativamente “banales” (dirían algunos) como cuestiones morales o éticas que hacen la columna vertebral de toda sociedad.
Total que la reunión se acaba y más tarde asistimos a una charla que mantienen Isaac (Allen) y Yale (Murphy) mientras caminan a través de una calle y en determinado momento el segundo se confiesa ante su amigo diciéndole que esta saliendo con otra mujer llamada Mary (Diane Keaton) quien es completamente diferente a Emily (Byrne) ya que ésta es en apariencia más liberal y tiene los mismos gustos que él por lo que se siente atraido. El hecho es que esta plática hace que Isaac cuestione su actual relación con Tracy asi como su vida personal y lo más importante su futuro profesional, pues entre la ansiedad que le causa la publicación del libro de su ex esposa Jill (Meryl Streep, quien lo dejo por otra mujer jajajaja) donde se ventilan las idiosincrasias de este como aspectos sexuales o manías (jajaja) o el hecho de que no pueda terminar de escribir su último libro y odie su actual trabajo pues provocan que este comience a querer realizar algunos cambios en su nefasta existencia.
Desafortunadamente para nuestro protagonista la intrusión de Mary (Keaton) en su círculo social hará primeramente que este odie a la irritable mujer por que esta le refleja de muchas maneras lo pedante, inseguro y demás inseguridades que carga consigo mismo o tal vez por que en ella ve reflejada la libertad que este nunca se ha atrevido a tomar (la charla que sostiene Isaac con Yale y Mary sobre los artistas olvidados es genial y por supuesto sale a relucir la gran admiración de Allen por Bergman, además de que dicha escena esta cargada de humor refinado y diálogos inteligentes). Sin embargo conforme Isaac conozca más a fondo a Mary este se ira sintiendo atraído ante la presencia de esta enigmática mujer hasta quedar totalmente enamorado de ella, por lo que estos iniciaran una relación (cuando Mary se harte de Yale por supuesto, jajaja) lo que provocará definitivamente un caos existencial en la vida del pobre Isaac.
Como podrá leer el respetable y algunos cinéfilos que no estén familiarizados con la obra de Allen, hay que decir que Manhattan lejos de considerarse como una comedia ligera, es al contrario una exploración intrínseca a aspectos tan complejos como son las relaciones interpersonales, por lo cual este filme como ya es costumbre en la filmografía del director neoyorquino utiliza la farsa como vehículo catártico para exponer aspectos filosóficos, sociales y/o culturales (no es casualidad que la ciudad que le da nombre al film se perciba como un personaje más) pero sobre todo expone de forma fehaciente la complejidad del ser humano como “ente pensante” que cohabita en una sociedad moderna, y como aspectos que podrían parecer tan pueriles como mantener cierto status a niveles intelectivos, amorosos o laborales son sin lugar a dudas son talón de Aquiles del hombre contemporáneo.
De ahí que el diseño de los personajes resulte adecuado para el micro cosmos que propone Allen y es que estos estan dotados de tal humanidad, que incluso el presente podrá identificarse con algunos de ellos o en su defecto podría llegar a odiarlos por que tal vez estos funjen como reflejo de las carencias del propio espectador (jajaja). Como sea, no es gratuito que los personajes funcionen como símbolos actuales para representar los diversos matices que componen la complejidad del ser humano, pues por una parte encontramos a la virginal e inocente Tracy (Mariel Hemingway), chica que se encuentra en una búsqueda constante de su propia identidad, por lo que ve en Isaac (Allen) la seguridad y experiencia tanto sentimental como profesional que ella tanto anhela sin saber que este solo ve en ella a una niña con la cual no tiene ningún futuro.
Sin embargo y como se plantea el personaje que interpreta Allen, hay que decir que este al igual que el Yale de Michael Murphy y la Mary de Diane Keaton estan llenos de complejos emocionales, pues todos en mayor o en menor medida se sienten frustrados o desprovistos en su realización personal por lo cual buscan resarcir estas entre si. De ahí que incluso el personaje de Jill (Meryl Streep) tal vez el menos mostrado en la historia, se descubre como el punto de inflexión en esta ya que es la única que ha tomado decisiones que podrían interpretarse incluso como radicales para cambiar su vida (como sucederá después con el personaje de Mariel Hemingway).
Ahora bien en el apartado visual el film del buen Woody Allen es una delicia, ya que esas viñetas en ese orgánico blanco y negro refuerzan aun más ese discurso existencialista haciendo que la historia se perciba como una alegoría, mientras la imponente ciudad de Manhattan es testigo de los acontecimientos de sus protagonistas a través de sus edificios, arquitectura y demás lugares que convergen en tan cosmopolita urbe, al mismo tiempo que muchas de las tomas o encuadres que nos narran tan ácida historia estan cargadas de gran calidad plástica.
Para finalizar solo me queda invitar al respetable para que visione esta excelente película, asi como la filmografía del incansable Woody pues lejos de lo que muchos pudieran pensar sobre la obra de este gran realizador (he escuchado que a algunas personas les parece aburrida y pretenciosa) pues debo exclamar que el cine de Allen es honesto, contestatario, mordaz y sobre todo inteligente, ya que no cualquiera tiene la capacidad para burlarse de aspectos tan manidos como la moral, la religión e incluso de su misma persona con tanta destreza y salir airoso como es el caso de este genio de la cinematografía, si no solo basta con ver la escena donde Isaac le reclama a Yale el por que regreso con Mary si el ya estaba saliendo con ella, a lo que Yale le dice, “Tu problema es que te crees superior a los demás, te crees Dios” y el personaje de Allen con su ya característica pasividad le contesta, "pues ya lo dice la Biblia uno debe hacerse a imagen y semejanza de Dios", jajajajaja, para partirse de risa.
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